Inhalar varias veces hasta sentirse relajada, centrar la mente en el bienestar propio y de los demás.
Empezar haciendo brincos para que el corazón lata fuertemente y se abra, inhalar y exhalar amor.
Estirar los músculos de las piernas para permitir moverse hacia donde tu alma desee.
Hacer movimientos circulares con los brazos extendidos hasta quedar bien tonificados y poder estirarte y abrazar a los demás.
Hacer movimientos formando ochos con la cadera para quitar bloqueos del cuerpo y permitir que fluya la energía recordando que no hay límites ni fronteras para la voluntad Divina.
Flexibilizar el cuello haciendo círculos amplios que te harán ver un mundo sin rigidez.
Abrir la boca como un león y dejar salir los sonidos agradables y desagradables que quedaron atorados inhalando y exhalando desde la planta de los pies.
Mover los ojos en círculos para poder ver la belleza en todo lo que percibas.
Estirar las orejas con las dos manos al mismo tiempo dando ligeros tirones para escuchar lo que no queremos o nos resistimos a escuchar y así evitar el autoengaño.
Peinar el cabello unas 80 veces acariciando las ideas que desechamos pensando que no son buenas sin haberlas analizado.
Después de hacer todo esto, verse al espejo sintiendo realmente que eres un Ser de Luz, Contemplando y aceptando el amor hacia ti misma, hasta que el amor deje de ser sospechoso y lo aceptes ampliamente en ti y en los demás.
Reconocer que eres un espíritu en un cuerpo agradeciendo a tu Ser superior esa luz que te ha dejado dentro de ti.
Hacer esto diariamente hasta que tu diosa/dios brille como un gran faro de luz.