martes, 8 de enero de 2013

"La Torre". (La casa de Dios). Marianne Costa.

Regresiva : Como duele separarse. A cada rato estamos ambos atraídos por un pasado fusional, donde quedaron encerrados nuestros sueños y nuestra energía creativa. Nuestro esfuerzo para desconectarnos siempre nos devuelven a un lazo hecho de puro dolor, nostalgias, fracaso creativo. Tratamos y tratamos de desunirnos, pero algo nos encierra en el vinculo sin el cual no podemos vivir. Somos dos bebes tratando de salir de una matriz envenenada. Nuestra liberación nunca acontece, solo estallidos de emociones negativas.

Estancado : Fueraaaaaa! De fiesta! huyendo del lugar, huyendo del cuerpo, huyendo del centro, es allí donde vamos a encontrar la felicidad -- o mas bien su caricatura, la excitación perpetua de la novedad. Nada es para siempre, ya veremos lo que pasa, lo mas importante es cambiar de perspectiva! Somos joveneees!

Fluida : Se abre el corazón. Se abre el deseo. Se abre la racionalidad hacia la música del silencio esencial. Se abre el cuerpo a recibir la permanente impermanencia de la vida. Cada cárcel es ilusoria. El momento de poder es ahora. El amor no es poseer, no es ni siquiera mirar en la misma dirección : es apertura recibida, alegría esencial del Si a lo que nos sorprende. La tierra nos recibe en su cálido abrazo. De pronto la vamos a honrar. Ya hemos entendido que nada ni nadie nos pertenece. Celebramos el milagro de estar vivos. Así sea!.