sábado, 24 de noviembre de 2012

"Sobre Los Llantos Incomprensibles"


Hay personas a quienes , dentro de los límites de nuestro mundo no les falta de nada. Les va bien en el amor, la salud o el dinero pero, sin saber por qué, de vez en cuando se entristecen y lloran.

¿Cuál puede ser el origen de esa actitud?

Nuestro cerebro, en la tierna infancia, puede actuar como un espejo emocional: copia los sentimientos de su madre y, un poco más tarde, los de su padre, los de sus abuelos o los de cualquier otro pariente. Estos sentimientos se incrustan en el fondo de la memoria y tienden, cada cierto tiempo, a resurgir. Estas tristezas incomprensibles no son nuestras…y podemos, de forma simbólica, devolvérselas a quien le pertenezcan.

¿Cómo?

Basta con tomar un objeto cualquiera, concentrarse en él y mojarlo con nuestras lágrimas (si no llorásemos, con nuestra saliva) y enviárselo en un paquete como regalo, acompañado de una tarjeta que diga: “Esto te pertenece, no es mío” al pariente de quien hayamos reflejado su problema.

¿Y si no podemos descubrir a quién pertenece esa pena?

En ese caso es reconfortante, mientras lloramos o nos deprimimos, chupar un biberón lleno de leche azucarada
Alejandro Jodorowsky, Manual de Psicomagia.
http://planocreativo.wordpress.com/2009/05/10/sobre-los-llantos-incomprensibles/