Soy el pequeño de mi familia. Mis padres también son los hijos pequeños de sus respectivas familias. No se si en realidad esa circunstancia tiene algún peso específico en mi destino, pero observo que en mi vida se repite un patrón muy claro: ser siempre el último, y el pequeño. Es como si detrás de mí, al pasar, se cerraran las puertas. He de confesar que toda mi infancia deseé ser el mayor, el primero, viviendo como un drama esa posición que me tocó…
Chamán urbano: ¿Por qué no conviertes esa última posición de la que hablas en algo artístico? ¿Por qué no exaltar ese lugar final?
No se trata de luchar por obtener lo que no eres, ya que a nivel genealógico siempre serás el último, sino de disfrutar al máximo lo que eres.
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Soy la segunda en mi hermandad después de un hijo varón muy deseado y valorado, siento que mi papel de la vida es el de una simple actriz secundaria. En todos los escenarios donde me muevo siempre aparece la presencia de algo que eclipsa mi presencia. Me canso de asomar la cabeza desde la sombra y saludar dando saltitos para ser vista… ¡es ridículo!
Chaman urbano: El universo quiso que nacieras justo cuando naciste, ni antes, ni después. Te harás una maestra sin tener que aparecer en cartel. A la sombra puedes desarrollar tu alma y sembrar consciencia. Si tus propios ojos te ven, serás vista por todos los ojos del mundo.
Imagen: Inci Isler
Plano Creativo.
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No Se “Crea”, Sólo Se Recibe.
Todo lo que nace es ti no es únicamente para ti, sino también para los otros. ¡Aquello que das no es tuyo sino del Ser Colectivo! Hacer un milagro es crear las circunstancias apropiadas para que un fenómeno natural se produzca.
Alejandro Jodorowsky. Lean la fábula de la abeja egoísta, en “El placer de pensar 66“
Marcela Paz.
Chile.
