lunes, 10 de enero de 2011
Una Mirada Diferente A La Sordera.
Si el oído es un receptor de ciertos mensajes que nos llegan del mundo exterior, la sordera es el corte de comunicación con el mismo.
¿Qué podemos deducir cuando una familia tiene problemas “hereditarios” de oído?
Cuando un árbol genealógico produce generaciones seguidas de sordos, habría que investigar sobre sus secretos, ¿qué mensaje no es conveniente que sea escuchado? O bien sobre el deseo de separación de un mundo que considera peligroso, ¿por qué ese árbol desea aislar a sus frutos del medio?
La sordera a un secreto de familia desemboca en una mudez que lo mantendrá bien custodiado de los oídos de la siguiente generación.
¿Y cuando la sordera afecta a uno solo de los oídos?
Si la sordera está situada sólo en el oído izquierdo nuestro problema estará conectado con el linaje femenino de nuestra familia, con algo que no queremos escuchar. Los problemas con el oído derecho se asocian al linaje masculino.
¿Qué simboliza el quedarse sordo a consecuencia de un accidente o una enfermedad, o por la misma edad?
La sordera siempre produce aislamiento, para defenderse de mensajes que representan abusos. Puede pasar que un anciano empiece a recibir mensajes de rechazo o un niño se sienta agredido por las discusiones incansables de sus padres. En cualquier caso siempre debemos preguntarnos: ¿qué es lo que no quiero escuchar?
Cuando se trata de cierta “dureza de oídos”, una pérdida de capacidad auditiva en los dos oídos, el problema puede estar conectado con cierta inflexibilidad e intolerancia por nuestra parte. Nos negamos a escuchar cualquier tipo de recriminación. Nos sentimos superiores y creemos que lo hacemos todo mejor que los demás. Es evidente que esta actitud puede aislarnos del resto del mundo.
¿Existe la sordera psicológica?.
Sí, es una sordera selectiva: un oído funcional y fisiológicamente sano puede no oír lo que le conviene o no entiende. O como dice Friedrich Nietzsche, “Un hombre no tiene oídos para lo que no le ha dado acceso la experiencia”
Hay personas que a pesar de no padecer sordera escuchan “zumbidos…
Los “zumbidos” pueden simbolizar un negarse a escuchar la propia voz interior. Confusión entre el intelecto y la intuición. Miedo a perder el equilibrio y el control de sí mismo.
Una visión positiva sobre la sordera.
En el sentido positivo, representa la oportunidad de establecer por fin un diálogo interior una vez que falta el exterior. Por ejemplo, Bethoven y Smetana, crearon obras de arte musicales a pesar de su sordera, oyendo su voz interior.
Parece ser que los oídos son para escuchar tanto lo que nos gusta como lo que nos disgusta. Para aprender a obedecer a la propia voz interna y también a la externa. Lo que nos molesta no es lo que se dice, sino la percepción que tenemos de ese mensaje. Desde ese punto de vista hacemos “oídos sordos” para evitar tener que obedecer o para no escuchar los problemas de nuestros seres queridos
¿Algún acto psicomágico relacionado con este tema?
Dice Alejandro Jodorowsky: “A un hombre le operaron de un tumor en un oído. Al poco le apareció otro en el otro oído, y decidió que no quería pasar por otra operación igual. Me consultó. Interrogándole, comprendí que esos tumores simbolizaban los gritos, peleas y discusiones que oyó de sus padres.
Hice una bolita de cera y se la hundí en el oído. Empecé a susurrarle dulcemente al oído que sus padres le amaban mucho, y fui a la vez extrayéndole la bolita, fingiendo ser muy costoso. La extraje. Sanó”
¿Qué utiliza la psicomagia para conectar con la sanación?
Alejandro Jodorowsky: “La psicomagia usa para la terapia métodos que usaron ya los chamanes, curanderos populares y magos desde remotos tiempos de la historia. Nuestra razón, hoy, sabe ya que existe el inconsciente y que tiene un lenguaje propio. Ya no necesitamos parafernalias supersticiosas. La magia usó un lenguaje que el inconsciente entiende, que el cuerpo entiende, y la psicomagia lo utiliza”.
Imagen: Maciej Mizer
Marcela Paz.
Chile.