¿Qué diferencia hay entre conciencia y consciencia?
A veces son términos intercambiables, pero no siempre. Con el sentido general de ‘percepción o conocimiento’, se usan ambas formas.
Conciencia: Conocimiento de lo que nos rodea, en base a los órganos de los sentidos. En sentido moral, como ‘capacidad de distinguir entre el bien y el mal’ (el Pepito Grillo de Pinocho), sólo se usa la forma conciencia. También tener mala conciencia, remorderle a alguien la conciencia, no tener conciencia.
Consciencia: Conocimiento de sí mismo. La consciencia define al ser. Se es consciente de sí mismo y de lo que nos rodea en base a lo que uno Es. Otra definición es la que asocia la consciencia a un estado de unión con la vida universal. Es una expansión continua, igual que el universo.
¿Se puede ser consciente, sin conciencia?
Parece que si apagamos la conciencia, no estamos en el aquí y en el ahora, difícilmente llegaremos a elevar la consciencia. El lo que nos da a entender el cuento del maestro zen que recibía muchas visitas de personas en busca de consejos:
Un día recibió a un joven que se tomaba muy en serio su camino espiritual. Se sentía preparado para convertirse en la mano derecha de cualquier gran maestro.
Ese día había llovido cuando el joven llegó a la casa del maestro. El joven se quitó los zapatos y dejó el paraguas antes de entrar en la habitación. Se inclinó ante el maestro y le dijo que le gustaría convertirse en su discípulo.
El maestro sonrió, pero no dijo ni una palabra.
El joven, un poco incomodado por el silencio, le dijo que había estudiado mucho. Que pensaba que estaba llamado a convertirse en uno de los “iluminados”.
El maestro le preguntó: ¿sabes a qué lado de la puerta has dejado el paraguas y a qué lado de la puerta has dejado los zapatos?.
N-n-no, tartamudeó el joven, desconcertado, ¿Por qué?.
El maestro le respondió de forma muy calmada: “Porqué lo que tu buscas es la consciencia” ¿Y cómo puedes estar consciente si ni siquiera sabes dónde has dejado los zapatos y el paraguas?.
¿Cuál es la diferencia entre una persona que no es consciente y otra que sí lo es?
Si no soy consciente considero que mis límites son fronteras inexpugnables, acumulo límites… En cambio, un ser consciente conoce sus límites y sin embargo aspira a la totalidad, quiere ir más allá de los mismos.
¿La psicogenealogía puede ser una herramienta útil para ganar consciencia?
En palabras de Marianne Costa: “Cuando construimos nuestro árbol genealógico estamos realizando una toma de consciencia”. Ahora bien, Una toma de conciencia que no es seguida de un acto resulta completamente estéril. Un acto vale más que mil palabras.
¿Desde el momento de nuestro nacimiento tratamos de expandir continuamente nuestro nivel de consciencia?.
El ser humano va transitando desde los niveles más bajos: consciencia animal, hasta tratar de alcanzar los estratos más altos, la consciencia cósmica y la divina:
- Consciencia animal: caracterizado por los problemas de territorio
- Infantil: la infancia persistente, donde se pide sin cesar sin dar…
- Romántico: cuando la pareja es considerada como la panacea universal
- Adulto: el adulto es el sujeto que invierte. Ahora bien, puede ser un adulto explotador, cuyo afán sea poseer y explotar, o un adulto generoso, que por el contrario no se queda nada para él, sino que se lo da a los demás. El adulto generoso también sabe recibir y aprende lo que es el servicio.
- Cósmico: en este nivel ya se ha descubierto que todo está unido. El secreto de la conciencia es la “re-unión: volver a unir lo que estaba separado.
- Divino: nivel de conciencia unida al nombre inefable que está dentro de cada uno.
Parece muy atrevido hablar de consciencia divina
Alejandro Jodorowsky: “Tenemos que dejar de pensar que Dios nos va a arreglar las cosas, y decir que si Dios construyó mal este universo, aquí estamos nosotros para rehacerlo. Si hay un Dios, estamos para ayudarlo. Así nos apoderamos del mundo y de nosotros mismos, haremos lo que queramos con plena consciencia y con plena responsabilidad. En este nivel de consciencia divina se encuentra el arte verdadero”
¿Se puede definir la enfermedad como un producto del estancamiento de la consciencia?
Las enfermedades son cristalizaciones de niveles de consciencia que no cambian. Las enfermedades genéticas son “abrigos” que nos han puesto y que vienen de nuestro árbol genealógico. La curación comienza por la aceptación de la enfermedad y su transformación en aliada. La enfermedad es esencialmente separación, es decir, creencia de estar separado.
¿Algunos caminos para ganar consciencia?
Uno es la información, considerando la información no como palabras sino como experiencias… Otro es el arte, que nos abre a otros mundos, a otras miradas, nos muta la consciencia.
¿Qué es una falta de consciencia?
Cuando algo que te ha sucedido y no recuerdas te está marcando. El trato que te dieron tus padres: las neuras, obsesiones, maltratos…que se transmiten por el árbol genealógico. Si nos hacemos conscientes de nuestros traumas genealógicos, estaremos en condiciones de poder desactivarlos.
¿Adónde nos conduce la toma continua de consciencia?
Dice Alejandro Jodorowsky: “Cuando empiezas poco a poco a desprenderte de tu identidad, a ser un humano genérico, dejas de verte en una edad determinada. Luego dejas de identificarte con el tiempo en general. Después ya no te reconoces originario de una patria o hablante de una lengua determinada. No te ves en tu nombre, no te confundes con las cosas que posees, vas cesando en la identificación. Te agarras a lo que eres. A la alegría de la vida. Eres cada vez más feliz y no necesitas el traje rígido del carácter o de la personalidad. Te haces fluido, como el agua”.
Finalmente, al morir, ¿qué es lo que dejamos al mundo?.
Cuando lleguemos a la muerte, lo mejor que podemos ofrecer es una perfecta y luminosa consciencia, una consciencia clara que hay que saber crear, porque si no, como decía Gurdjieff, mueres como un perro, sin ofrendar la consciencia ni construir un alma.
Diez reflexiones sabias sobre el tema de la consciencia.
1.- “Si queremos cambiar el mundo, primero debemos cambiar nuestra manera de verlo. En el pasado este cambio de consciencia sólo sucedió a un número muy reducido de personas, sin embargo en la actualidad el cambio de consciencia se da a una escala mucho mayor". Eckhart Tolle.
2.- “Darse cuenta de lo que hay que hacer, y no hacerlo, es cobardía” Confucio.
3.- “La consciencia es la presencia de Dios en el hombre” Swedenborg.
4.- “El valor sin consciencia es una fiera salvaje” Robert G. Ingersoll.
5.- “… esa chispita del fuego celeste, la consciencia” George Washington.
6.- “Que peligrosa es la inconsciencia! Para liberarte de los prejuicios solo tienes la consciencia. Es la consciencia la que te puede liberar. Siempre serás esclavo de las cosas de las que no eres consciente” Anthony de Mello.
7.- “La conciencia es la brújula del hombre”. Vincent Van Gogh.
8.- “La finalidad del arte es dar a la gente un mayor nivel de conciencia”. Brassai.
9.- “La conciencia es la voz del alma; las pasiones, la del cuerpo”. William Shakespeare .
10.- “Conciencia es la voz silenciosa de tu ser interior que no te deja ni de día ni de noche, ni en la vigilia ni en el sueño esperando que lo escuches”. Vásquez D.R.D.
Un cuento sobre la consciencia:
En un chalet muy lujoso con una gran piscina se está celebrando una fiesta. El dueño que es multimillonario, dice que compartirá su fortuna con el valiente que se atreva a cruzar su piscina que está llena de cocodrilos hambrientos.
De repente se ve a un chico dentro del agua nadando a toda velocidad, cuando sale por el otro extremo de la piscina el dueño acude a felicitarlo, diciendo que por fin acababa de conocer a una persona realmente valiente.
El joven le respondió: “¡Que valiente, ni que valiente…alguien me empujó”!
Dice Alejandro Jodorowsky que la piscina con sus cocodrilos son nuestros “demonios interiores”, contra los que tenemos que luchar para tratar de conocernos. Que ese pequeño empujón que te lanza al interior de la piscina te lo da “un maestro”. Pero la energía para luchar y salir (aprender) la pones tú. Sin ella no serviría de nada el pequeño empujón que nos han dado. La recompensa de atravesar la piscina es conocerse mejor, un aumento de nuestra “consciencia” rompiendo algunos límites que establecíamos como fijos e inamovibles.
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