miércoles, 19 de enero de 2011
El Poder De Las Palabras
El joven adolescente caminaba por la calle y vio en una pared una pintada que decía: “Así como uses el lenguaje…este te influirá”.
Sus padres lo habían inscrito en un internado. No era lo mismo estar interno que estar recluido -como los presos- ¿O tal vez sí? Se tranquilizó al conocer que en su centro educativo no existían las expulsiones, las llamaban exclusiones temporales. Además, en el reglamento interno quedaban terminantemente prohibidos los insultos, solo eran aceptables las agresiones verbales.
Le parecía absurdo, según escuchaba en los noticiarios, que las guerras ahora se llamaran intervenciones militares. Y que las víctimas civiles se definieran como daños colaterales. ¿Llamar “método de persuasión” a la tortura, la convertía en otra cosa?.
Seguía con sus dudas cuando escuchaba que los despidos masivos eran regulaciones de empleo y la pornografía material para adultos.
Sí estaba de acuerdo en que lo que algunos llamaban anormal, en realidad podía ser excepcional.
Imagen: M-a-e-e