Les presento a Angela Stokes, una mujer que fue capaz de reformar su cuerpo y su vida por completo. Comenzó por tratarse mejor en el plano físico, cambiando a una alimentación vegana y cruda y consiguiendo bajar más de 70 kilos en dos años. Pero eso fue sólo el inicio de una serie de cambios positivos que ella relata en esta entrevista (video con subtítulos en español) y también en su blog. Lo mágico de este tipo de testimonios es que nos transmiten que “si yo pude lograrlo, tú también puedes”, que “querer es poder” y que “lo que haces por ti, lo haces por tod@s”.
Sí, “querer es poder”, pero para poder, primero tenemos que querer… y creer. Lamentablemente, muchas veces ni si quiera nos atrevemos a desear, porque nos detenemos a pensar que el cambio no es posible (o que no es posible para nosotr@s) y, antes de haber hecho un intento si quiera, bloqueamos toda posibilidad de cambio con un “No puedo/no podría porque…”. Qué distinto sería si en vez pensáramos/dijéramos: “¡Sí, quiero, en verdad quiero!… ¿Cómo podría conseguirlo?”. Con la primera frase lo máximo que podríamos lograr sería una excelente justificación que nos deje donde mismo (y tal vez algunas palabras de lástima o consuelo si dramatizamos bien); con la segunda frase, en cambio, tenemos al menos alguna probabilidad de lograr lo que queremos en el futuro, si es que nos aventuramos a caminar en esa dirección.
Les comparto un par de mis recetas preferidas para desempolvar los “yo quiero”, transformarlos en “¡yo puedo!” e iniciar tu propia reforma.
1. Transmutar los “No puedo”:
Hacer un listado con todos los “No puedo…” que se te ocurran, procurando escribir “no puedo” al iniciar cada línea. Ejemplo:
- No puedo alimentarme sanamente
- No puedo alcanzar/mantener un peso óptimo
- No puedo…
Luego, tomar la hoja, recortar los “No”, descartar ese pedazo de la hoja y leer en voz alta los “puedo…”.
2. Yo futuro ideal:
Dedica 20 a 30 minutos a imaginar tu “yo futuro ideal”, esto significa, visualizar todo lo que esperas que sea tu vida dentro de uno, cinco diez años. Y es muy importante que lo imagines como que ya estuvieses en el futuro, suponiendo que todo ha salido lo mejor posible: todo ha resultado como querías/necesitabas, conseguiste tus objetivos más importates, te sientes como quieres sentirte, realizaste tus sueños y tus potencialidades en los distintos ámbitos de tu vida. Puedes escribirlo, dibujarlo o hacer un collage, lo importante es que lo expreses como que ya fuese realidad tu sueño y que mantengas un registro. (Fuente: Sonja Lyubomirsky, “La ciencia de la felicidad. Un método probado para conseguir bienestar”)
¡Sí!