miércoles, 31 de octubre de 2012

"Respirar Para Sanar"


Hace unas semanas tuve mi clase de “Respiración 1 y Mantra” en el Yogashala, y fue increíble el darme cuenta de la total ignorancia en la que me encontraba… para empezar pensaba que era lo mismo (o casi lo mismo) la respiración y pranayama! Y no podía estar más equivocada, pues tal como Ernesto nos enseñó, primero aprendemos a respirar, inhalar y  exhalar, y luego cuando ya hemos dominado la respiración, entramos en el gran mundo del pranayama.
Nuestra vida se establece a partir del hecho respiratorio. Todo lo que está vivo respira, realiza un intercambio constante con el medio. En esta respiración se establece un ritmo que es necesario aprender a escuchar. Si nos observamos, podemos apreciar que ese ritmo cambia en función de la actividad que realizamos (si estamos concentrados, o más o menos agitados, por ejemplo).
Perdemos la capacidad de respirar con la que nacemos , y sólo utilizamos una pequeña parte de nuestro potencial. Esa capacidad la perdemos por varios motivos:
  • Estrés
  • Ansiedad
  • Miedo
  • Autoexigencia
Una respiración deficiente o superficial también deteriora el organismo. Del mismo modo que nuestro ánimo y nuestros procesos mentales o psicológicos influyen en nuestro modo de respirar, la respiración influye en nuestro modo de estar en el mundo.
El control de la respiración es una fuente de salud. En muchas disciplinas orientales se recoge esta influencia recíproca entre respiración y salud, y se trabaja con la respiración para lograr el máximo beneficio de los ejercicios.
Un maestro de Yoga decía: “con la respiración yóguica el cuerpo se vuelve fuerte y sano; el exceso de grasa desaparece, el rostro resplandece, los ojos centellean y un encanto particular se desprende de toda la persona”.
La respiración es un puente entre lo físico, lo emocional y lo mental . Cuando se respira de forma profunda y completa, se puede conseguir un estado de gran relajación:
  • Se elimina la tensión muscular
  • Se aporta una mayor cantidad de oxígeno a la sangre y a los órganos
  • La mente se vuelve más clara y despejada
Los procesos físicos, mentales y emocionales están imbricados con la respiración. Es imposible disociarlos, pero sí es posible aprender a controlar la respiración para controlar nuestra salud.

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"Respiración adecuada"


La respiración adecuada es uno de los 5 puntos fundamentales del yoga, tal como lo enseñaba Swami Vishnudevananda, fundador/Guru de los Centros Internacionales Sivananda de Yoga Vedanta.
La mayoría de la gente usa solamente una fracción de su capacidad pulmonar para la respiración. Respiran de modo superficial, apenas expandiendo la caja torácica.
Sus hombros están encorvados, tienen tensión dolorosa en la zona alta de la espalda y cuello, y sufren de falta de oxígeno. Deberían aprender la respiración completa yóguica.
Los distintos tipos de respiración
Hay tres tipos distintos de respiración:
  1. La respiración clavicular es la más superficial y el peor tipo posible. Durante la inhalación los hombros y la clavícula son elevados mientras que el abdomen es contraído. Se realiza un esfuerzo máximo, pero una mínima cantidad de aire es obtenida.
  2. La respiración torácica es realizada con los músculos intercostales expandiendo el tórax, y constituye el segundo tipo de respiración incompleta.
  3. La respiración abdominal profunda es la mejor, por cuanto lleva aire a la parte más baja y más amplia de los pulmones. La respiración es lenta y profunda, efectuándose por tanto un uso adecuado del diafragma.
De hecho, ninguno de estos tipos es completo. Una respiración yóguica completa combina los tres, comenzando con una respiración profunda y continuando la inhalación a través de las zonas intercostal y clavicular.
Aprendiendo la respiración abdominal
Para poder llegar a sentir cómo es una respiración diafragmática apropiada, utilice ropa suelta y recuéstese sobre la espalda. Coloque una mano sobre el abdomen a la altura del diafragma. Inhale y exhale lentamente. El abdomen deberá expandirse mientras inhala y contraerse al exhalar. Trate de tomar conciencia y compenetrarse con este movimiento.
Aprendiendo la respiración completa yóguica
Una vez que se sienta suficientemente hábil en la práctica de la respiración abdominal estará en condiciones de aprender la respiración completa yóguica. Inhale lentamente, expanda el abdomen, después el tórax, y finalmente la porción superior de los pulmones. Luego, deje salir el aire de la misma forma, dejando que el abdomen ceda a medida que exhala.
Esta es la respiración completa yóguica.