Alguna vez, el Buda preguntó a tres alumnos:
-¿Qué tanto reflexionan sobre la muerte?
-Yo reflexiono sobre ella todos los días.- Respondió el primero.
-No es suficiente-, respondió el Buda y le hizo la pregunta al segundo monje.
-Yo reflexiono sobre la muerte en cada bocado que doy a mis alimentos.
-Mejor,- respondió el Buda. -Pero no es suficiente. ¿Qué tal tú?
Y el tercer monje respondió:
-Yo reflexiono sobre la muerte en cada inhalación y en cada exhalación.