jueves, 3 de marzo de 2011
Terapia De Grupo Para Cerebros Insomnes
-Hola, soy Rumin, un cerebro insomne y vengo a rehabilitarme.
-Bienvenido, Rumin- le respondieron los miembros veteranos de aquella terapia de grupo en la que cerebros con la misma patología que él, el insomnio, se encontraban cada jueves a las 7 de la tarde.
Tras ocho sesiones, Rumin consiguió conciliar el sueño y dormir hasta cinco horas seguidas; así que en su novena sesión quiso dar las gracias al grupo con estas palabras:
-Confieso que me costó aceptar mi condición de insomne, porque en el fondo sabía que detrás de este estado de vigilia constante había algún miedo no reconocido. Con vosotros he aprendido que reconocer y expresar lo que uno teme es el primer paso para afrontarlo. Ahora, ya sé dar la orden de reposo, porque pretender controlar las 24 horas del día todo lo que ocurre más allá del cráneo que me cubre es una labor imposible además de enfermiza. Yo, tan racional, al abandonarme al sueño sé que abro la puerta al inconsciente tan lleno de contenido irracional… pero ya no temo nada porque sé que el dormir repone mi cuerpo y el soñar sana mi alma. Gracias, amigos.