jueves, 17 de marzo de 2011
¿Qué Son Los Vicios?
Alejandro Jodorowsky: La perfección espiritual sólo se logra a través de un trabajo continuo. Se necesita una gran fuerza de voluntad para convertir los vicios en virtudes… Una pareja humana perfecta es un diamante que fue pulido con dedicación y conciencia. La adecuación de dos espíritus es una labor lenta, tan difícil como maravillosa. No se puede encontrar al ser ideal sin darse el trabajo de merecerlo. Esta fábula puede ser útil:
Un matrimonio tuvo dos hijos gemelos. Uno de ellos nació robusto, el otro débil. Como al más fuerte todo le resultaba fácil, se dedicó a holgazanear. El enclenque, luchando contra sus limitaciones, estudió con la esperanza de llegar a defenderse en la vida. Un día se supo que en una región montañosa abundaba el oro. El estudioso reunió las economías que tenía, se despidió de sus progenitores y se fue a las montañas. Su hermano, preocupado en llegar a ser campeón de billar, no le prestó mayor atención. Pasó el tiempo. El estudiante, sin arredrarse por los vendavales, las lluvias penetrantes, las amenazas de fieras y la escasez de agua y alimento, trabajó sin cesar limpiando las pepitas que encontraba. Regresó a su hogar enormemente rico. Su hermano, muerto de envidia, le dijo: “¡Yo también quiero triunfar: es tu deber decirme donde está el oro!” El empeñoso luchador no era egoísta: le dio un mapa de la región y además le proporcionó el dinero necesario para el viaje. Sin detenerse a agradecer, el holgazán se lanzó en busca del codiciado metal. Al llegar a las montañas lo primero que hizo fue hacerse construir una confortable cabaña y llenar la despensa con todo tipo de vituallas. Cuando hacía demasiado calor o frío, se quedaba sin salir, oyendo música. Un día, por una gran casualidad, encontró un yacimiento de oro. Escarbó excitado y extrajo muchas pepitas. Su alegría se transformó en odio. “¡Qué suerte tiene mi hermano: su oro es brillante, amarillo, hermoso! ¡En cambio el mío está cubierto de mugre! ¡Me dan asco estas pepitas tan sucias!” Y arrojando lo que había encontrado, volvió a la ciudad con las manos vacías.
Los países no se hacen grandes solos. Cada ciudadano debe darse el trabajo de eliminar lo corrupto para que surjan los valores.
Imagen: Ana Geddes