“Te advierto, quien quiera que fueres, Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la Naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera.
Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias?
En ti se halla oculto el Tesoro de los tesoros.
¡Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses.”
Inscripción en el Frontispicio del Templo de Delfos, en Grecia.