Hay muchas razones por las que nuestra energía puede debilitarse o romperse. Lo más común es que después de un fuerte enfado, nuestra energía se rompa y se creen agujeros o fisuras, por eso nos sentimos tan cansados. Además, los prolongados niveles de estrés, ansiedad y frustración tienden a convertir nuestra energía en polvo hasta crear lagunas. Estas lagunas nos hacen sentir débiles y especialmente vulnerables a todo tipo de situaciones que resuenen con la misma frecuencia con la que fueron creadas, y cualquier tipo de energía externa tendrá acceso a nuestro interior, lo que no es bueno cuando vivimos en ciudades tan caóticas como las nuestras.
Cualquier estímulo que nos desequilibre, preocupación, enfado o entorno discordante que nos rodee, y con el que pasemos más tiempo, puede afectarnos, ya que nuestro campo está abierto a estas energías. En cualquier caso, el primer paso es responsabilizarte de la situación energética y aceptar que lo que ha causado este estado, es porque tú también has sido partícipe. Se consciente de que, a nivel consciente o subconsciente, estás permitiendo la entrada de estas energías.
Cuando asumimos la responsabilidad de la energía que nos llega y la que generamos desde nuestro interior, recuperamos nuestro poder para decidir si estamos dispuestos seguir sosteniéndola.
A partir de ahí todo cambia. Así que si en este momento de tu vida hay algo o alguien que desencadena tu ira o impaciencia, considera que si te afecta, es porque tú lo sigues alimentando. Nadie ni nada puede hacerte daño si no estás de acuerdo, así que di NO y rompe ese acuerdo tóxico.
Algunos síntomas que indican que nuestra energía está debilitada o rota son los siguientes:
1.- Sueles estar muy cansado.
2.- Nada te inspira.
3.- Reticencia, falta de entusiasmo, inquietud.
4.- Mal genio y ataques de ira/rabia sin causa justificada.
5.- Tiendes a ver el lado negativo de cada situación.
6.- Te sientes ansioso sin razón aparente.
7.- Sientes un vacío interior difícil de explicar.
8.- A veces no te reconoces por tus acciones.
9.- No recuperas tu energía por mucho que descanses.
10.- Respondes excesivamente a cualquier cosa que interpretes como un ataque verbal.
11.- Dolor o molestias en el cuello y/o la espalda, o en todo el cuerpo.
Ahora, a recuperar tu energía. Un ejercicio muy sencillo, fácil, rápido y muy eficaz que puedes utilizar en cualquier momento y en cualquier lugar.
Si estás en tu casa, coloca una música que te evoque paz y dulzura, ejemplo: Deora Ar Mo Chroi, de Enya, o la que más te guste.
Ejercicio de la Esfera de Energía.
- Con los ojos cerrados, -no necesariamente si estás en una situación en la que no puedes cerrarlos-, respira las veces que sea necesario, hasta que sientas que tu energía y tu cuerpo se relajan.
- Lleva tu atención al pecho, especialmente al corazón. Siente la energía que hay, es una fuente infinita de energía de la que dispones y que siempre está ahí.
- Visualiza una esfera dorada o amarilla muy brillante en esa zona. Esta energía tiene tu esencia y puedes extenderla por todo tu cuerpo.
- Ahora, expande esta esfera de energía abarcando más y más partes de tu cuerpo. Al igual que la sangre que circula, has que toda la energía dorada fluya hacia cada rincón de tu cuerpo.
- Siente y visualiza como rellenas los huecos/fisuras que han dejado los momentos de furia o decepción, y como al mismo tiempo, desbloqueas los nudos de energía.
- Cubre todo tu cuerpo. Visualiza la esfera cubriéndote un metro fuera de tu cuerpo, hacia arriba, hacia abajo y hacia los lados.
- Siente cómo se reintegra todo tu Ser, cómo has recuperado tu energía, y emanas otra frecuencia.
Este ejercicio refuerza tu campo energético, lo protege, desata los nudos energéticos, relaja y da claridad mental. Cuando tu campo energético está completo, te sientes inspirado, emocionado, alegre, empoderado, relajado y agradecido.
Medicina Ancestral Maya.
Publicado por Hunter's Best Espiritual.
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Editado por "La Ruta".