sábado, 1 de enero de 2022

"El Poder de la Divinidad". Por Borja Vilaseca.



En un pasado muy lejano los seres humanos éramos dioses. Pero debido a nuestro infantilismo, abusamos tanto de nuestros privilegios que la vida, el universo, dios o como prefiramos llamarlo nos quitó dicho poder. Y decidió esconderlo en el lugar en el que menos buscaríamos y que ⎯por tanto⎯ fuera el más difícil de encontrar. De este modo, la vida quería que reconectáramos con nuestra divinidad cuando verdaderamente hubiéramos madurado.⁣
«¡Enterremos el poder de la divinidad bajo tierra!», le sugirió un miembro de su comité de consejeros. «¡Ya veo que ignoráis cómo son los seres humanos», replicó el universo. «Explorarán, excavarán y destruirán la tierra hasta que un día den con el escondite». Seguidamente, otro de sus consejeros, añadió: «Entonces, arrojémoslo al fondo de los océanos». Dios volvió a negar con la cabeza. «No me convence, pues sé por experiencia que no saben estarse quietos. Allí también lo buscarán», dijo al cabo.⁣
«¿Y si lo escondemos en la Luna?», propuso otro consejero. La vida rio a carcajadas. «Ahí también llegarán. Los seres humanos se gastarán una fortuna en naves para conquistar el espacio». El comité de consejeros se quedó en silencio, sin saber qué decir. «Según lo que afirmas, no hay lugar bajo la tierra, en el fondo de los océanos e incluso en la Luna donde los seres humanos no vayan a mirar nunca», afirmó cabizbajo uno de ellos. ⁣
Tras escuchar estas palabras, el universo tuvo una revelación. «¡Ya lo tengo! ¡Esconderemos el poder de la divinidad en lo más profundo de su corazón, pues es el único lugar donde a muy pocos se les ocurrirá buscar». Y así, desde el origen de los tiempos, la humanidad ha conquistado la naturaleza y explorado el espacio sideral, buscando inconscientemente algo que alberga en su interior.⁣
Fragmento extraído del libro 
“Las casualidades no existen. Espiritualidad para escépticos” 
del cuento “Aplícate al cuento” de Jaume Soler y M. Mercè Conangla.