Mientras tanto, la conciencia del cuerpo interior
tiene otros beneficios en el reino físico.
Uno de ellos es una reducción significativa
del ritmo de envejecimiento del cuerpo físico.
Mientras que el cuerpo físico normalmente envejece y se debilita con bastante rapidez, el cuerpo interior no cambia con el tiempo, excepto que usted puede sentirlo más profundamente y convertirse en él más plenamente. Si usted tiene veinte años ahora, el campo de energía de su cuerpo interior se sentirá exactamente igual cuando tenga ochenta. Seguirá siendo vibrantemente vivo. En cuanto su estado habitual cambie de estar fuera del cuerpo y atrapado en la mente a estar dentro del cuerpo y presente en el Ahora, su cuerpo físico se sentirá más liviano, más claro, más vivo. Puesto que hay más conciencia en el cuerpo, su estructura molecular de hecho se vuelve menos densa. Más conciencia significa un debilitamiento de la ilusión de la materialidad.
Cuando usted se identifica más con este cuerpo interior que no pertenece al tiempo, que con el cuerpo exterior, cuando la presencia se vuelve su modo normal de conciencia y el pasado y el futuro no dominan ya su atención, usted no acumula ya tiempo en su psique ni en las células del cuerpo. La acumulación de tiempo como el peso psicológico del pasado y el futuro inhabilita mucho la capacidad de las células para autorregenerarse. Así que si usted habita el cuerpo interior, el cuerpo exterior envejecerá a un ritmo mucho más lento, e incluso cuando lo haga, su esencia sin tiempo brillará a través de la forma exterior y usted no dará la apariencia de una persona vieja.
- ¿Hay alguna evidencia específica de esto?
Pruébelo y usted será la evidencia.
FORTALECER EL SISTEMA INMUNOLÓGICO.
Otro beneficio de esta práctica en el reino físico es un gran fortalecimiento del sistema inmunológico que ocurre cuando usted habita el cuerpo. Cuanta más conciencia trae al cuerpo, más fuerte se vuelve el sistema inmunológico. Es como si cada célula despertara y se alegrara. Al cuerpo le encanta la atención que usted le presta. Es también una potente forma de autocuración. La mayoría de las enfermedades entran cuando usted no está presente en su cuerpo. Si el amo no está presente en la casa, todo tipo de personajes sombríos se alojarán en ella. Cuando usted habita su cuerpo, será difícil que los huéspedes indeseados entren.
No sólo su sistema inmunológico físico se fortalece; su sistema inmunológico psíquico también se refuerza enormemente. Este último lo protege a usted de los campos negativos mentales y emocionales de los demás, que son muy contagiosos. Habitar el cuerpo lo protege a usted, no por medio de un escudo, sino elevando la frecuencia vibratoria de todo su campo de energía, de modo que todo lo que vibra a una frecuencia más baja como el miedo, la ira, la depresión, etcétera, existe ahora en un nivel de realidad virtualmente diferente. Ya no entra en su campo de conciencia o si lo hace, usted no necesita ofrecerle ninguna resistencia porque pasa derecho a través de usted. Por favor, no acepte o rechace simplemente lo que estoy diciendo. Póngalo a prueba.
Hay una meditación de autocuración simple, pero efectiva, que usted puede hacer siempre que necesite elevar su sistema inmunológico. Es particularmente efectiva si la usa cuando siente los primeros síntomas de una enfermedad, pero también funciona con enfermedades que están ya arraigadas si la practica frecuentemente con una concentración intensa. También contrarrestará cualquier perturbación de su campo de energía por alguna forma de negatividad. Sin embargo, no es un sustituto de la práctica diaria de estar en el cuerpo; de lo contrario, sus efectos serán sólo temporales.
Aquí está:
Cuando usted no esté ocupado durante algunos minutos y especialmente por la noche antes de quedarse dormido y por la mañana antes de levantarse, "inunde" su cuerpo con conciencia.
Cierre los ojos. Acuéstese sobre la espalda. Escoja diferentes partes del cuerpo para enfocar su atención, brevemente al comienzo: las manos, los pies, los brazos, las piernas, el abdomen, el pecho, etcétera.
Sienta la energía vital en esas partes tan intensamente como pueda. Permanezca con cada parte quince segundos más o menos. Después, deje que su atención corra por el cuerpo como una ola unas cuantas veces, desde los pies a la cabeza y en sentido contrario de nuevo. Esto no requiere más de un minuto.
Luego, sienta el cuerpo interior en su totalidad, como un único campo de energía. Mantenga esa sensación durante unos minutos. Esté intensamente presente durante ese tiempo, presente en cada célula de su cuerpo. No se preocupe si la mente logra ocasionalmente arrastrar su atención fuera del cuerpo y usted se pierde en algún pensamiento. En cuanto note que ha ocurrido esto, simplemente vuelva su atención al cuerpo interior.
DEJE QUE LA RESPIRACIÓN LO INTRODUZCA EN EL CUERPO
- A veces, cuando mi mente ha estado muy activa, ha adquirido tanto impulso que encuentro imposible apartar mi atención de ella y sentir el cuerpo interior. Esto ocurre particularmente cuando entro en un patrón de preocupación o ansiedad. ¿Tiene alguna sugerencia?
Si en cualquier momento encuentra difícil entrar en contacto con el cuerpo interior, suele ser más fácil enfocarse en su respiración primero. La respiración consciente, que es una meditación poderosa en su propio sentido, lo pondrá gradualmente en contacto con el cuerpo.
Siga la respiración con su atención, según entra y sale del cuerpo. Respire y sienta su abdomen expandiéndose y contrayéndose ligeramente con cada inhalación y exhalación. Si le resulta fácil visualizar, cierre los ojos y véase a sí mismo rodeado de luz o sumergido en una sustancia luminosa, un mar de conciencia. Entonces respire en esa luz. Sienta esa sustancia luminosa llenando su cuerpo y volviéndolo luminoso también. Después gradualmente concéntrese más en la sensación. Usted está ahora en su cuerpo. No se aferre a ninguna imagen visual.
Eckhart Tolle, "El Poder del Ahora".