"En las familias existe una profunda necesidad de justicia y de compensación.
La familia y la red familiar actúan como si tuvieran un alma común.
Esta alma común vela porque en la familia exista un equilibrio
entre ganancias y pérdidas, equilibrio que abarca varias generaciones.
Así, por ejemplo, cuando un hombre se separa a la ligera de su primera mujer
y la hiere, y ella se enoja con él, quizás el hombre experimente luego
como su hija del segundo matrimonio se enoja con él,
mostrando los mismos sentimientos que la primera mujer.
La solución sería que este hombre le dijera a su primera mujer:
«Fui injusto contigo. Lo siento.
Reconozco todo lo que me diste.
Reconozco todo lo que me diste.
Tu amor fue grande, y el mío, también,
y de esta forma puede perdurar».
y de esta forma puede perdurar».
Actuando así, se puede observar que la primera mujer se vuelve afable
porque es respetada. El hombre aún le podría decir:
«Mira, ésta es mi nueva mujer; con ella tengo estos hijos.
Por favor, míranos con buenos ojos».
Por regla general, la primera mujer está dispuesta a hacerlo de buena gana.
De esta forma, el primer vínculo es disuelto
de manera que pueda establecerse un vínculo nuevo".
Bert Hellinger.