El confort y el lujo son generalmente los principales requerimientos de la vida para su ego –sus principales prioridades tienden a ser las acumulaciones, los logros y la aprobación de los demás.
Consideren una nueva alternativa para lo que los hace felices, una que se remonta más allá de las exigencias superficiales del ego. Lo único que necesitan para este estado de alegría es algo con lo cual sentirse apasionados. Algo que les hable solamente a ustedes…que les de un hormigueo interior de entusiasmo…que no se vaya…que irradie desde su interior….que los lleve a un frenesí de buenos sentimientos porque les hace sentir llenos de propósito y conectados a su Fuente de ser. No importa lo que sea. El único requisito es que ustedes sientan intensamente respecto a ello y que deseen actuar con entusiasmo, despertando al Dios que duerme dentro de ustedes.
Como una vez observara Abraham Maslow respecto a las personas auto-actualizadas: “Ellas deben ser lo que puedan ser”. Tomen un momento para pensar en lo que pueden ser, y compárenlo con lo que han elegido hasta ahora. ¿Así que, qué pueden ser ustedes? Quizás tienen una idea que llevan consigo desde hace décadas, tales como un libro que saben que necesita ser escrito, el cuál solamente ustedes tienen la sabiduría para crearlo. ¿Pueden sentirse tan apasionados respecto a realizar su visión que activen la presencia de Dios para ayudarlos en la co-creación de sus sueños?
Recuerden, la mera presencia de esa pasión, nada más, es evidencia de que la energía del espíritu Divino creador está viva y bien en ustedes. Eso es todo lo que necesitan – justo la voluntad de permitir que su pasión hable y despierte de su estado adormecido. No tienen que saber cómo activar su entusiasmo hace mucho enterrado o precisamente en qué enfocarse. Lo que necesitan es la disposición para decir sí a las señales desde su interior, el Dios dentro de ustedes que quiere estar activo.
Siempre he atesorado las observaciones del famoso académico griego Nikos Kazantzakis, que es uno de mis autores favoritos. En página tras página de su maravillosa novela Zorba el Griego, Kazantzakis detalla como se ve, suena y se siente un hombre verdaderamente apasionado, ya que el personaje del título simplemente vive su ensueño y siente la presencia de Dios en cada momento del despertar. Y he tenido estas palabras de Kazantzakis colocadas en mi hogar durante más de una década, y aun sigo leyéndolas y contemplándolas cada día:
“Al creer apasionadamente en algo que todavía no existe lo creamos.
Lo no existente es cualquier cosa que no hemos deseado lo suficiente.”
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