No somos lo que nos pasa,
somos la manera en la que reaccionamos ante los acontecimientos de la vida.
somos la manera en la que reaccionamos ante los acontecimientos de la vida.
No somos lo que nos pasa, somos la manera en la que reaccionamos ante los acontecimientos de la vida.
¿Por qué hay personas que sufren diversas catástrofes y sobreviven a ellas? ¿Por qué están los otros que, sumergidos en una nube negra, no salen de los sucesos negativos del día a día?
Si medimos nuestras etapas de oscuridad y de episodios adversos con las de otros que han caído en situaciones peores vemos que hay miles de personas que han salido más rápido y de mejor manera.
Incluso, están esos que toman esos “accidentes” como un trampolín para subir de nivel y como un buen incentivo para hacer cosas grandes, luminosas y bellas.
¿Nos quedamos, acaso, estancados en el agujero sin ver la solución? ¿No sería mejor girar el engranaje, la tuerca, y reaccionar de diferente manera ante todo ello?.
La vida siempre esta llena de pruebas, la situación cambiará al momento de quebrar nuestra manera negativa de reaccionar, ya que la reacción marca la pauta de cómo afectará un suceso determinado toda nuestra cosmogonía interna y externa.
Decidamos pues, a partir de hoy, reaccionar de manera positiva ante los cambios, las desgracias y demás. Cambiemos el lente, simplemente, por el hecho de darnos una oportunidad para observar si con esa nueva fórmula nuestra vida mejora y todo se acomoda desde otra plataforma.
Dejemos de reaccionar para accionar
y la luz se concentrará en mayor cantidad dentro de nuestras vidas.
y la luz se concentrará en mayor cantidad dentro de nuestras vidas.