Asumir nuestro derecho al placer sexual, libre de violencia, culpa, miedo y cualquier forma de coerción; siempre con un profundo respeto hacia nuestro cuerpo y al de los demás.
Existen tres reglas de oro desde el punto de vista de la sexología humanista occidental como de la oriental, que determinarán los límites que debemos considerar a la hora de mantener relaciones sexuales sanas y adultas:
- Evitar hacerse daño a sí mismo.
- Evitar hacerle daño a terceros.
- Que las prácticas sexuales sean consensuadas (que los participantes estén de acuerdo en la relación sexual o juego erótico)
Para ejercer una vida sexual plena, será muy importante tomar consciencia de que el ejercicio de la sexualidad y el erotismo son una parte intrínseca de nuestro desarrollo psico-sexual, que éste es tan natural y necesario como tomar agua limpia y comer sano; de que tenemos derechos sexuales y que éstos conllevan un profundo respeto hacia nuestro cuerpo y al de los demás, al tiempo de que asumimos nuestro derecho al placer sexual, libre de violencia, culpa, miedo y cualquier forma de coerción.
Desde el punto de vista de la Sexología Trascendental Taoísta, el cumplimiento de estas condiciones será el punto de partida para poder abrirnos a la posibilidad de experimentar el placer como una experiencia espiritual y utilizar la energía sexual (la libido) como materia prima para construir un puente que une lo erótico con lo espiritual y lo “terrenal” con lo divino.
Esto nos permitirá cultivar estados de éxtasis curativos, vivenciar estados incrementados de percepción, evitar los síntomas del climaterio tanto femenino como masculino y mantener así una salud y vigor aún en edad avanzada.
Jerónimo García.
Fuente: www.animalespiritual.com