Imagen: depsicologia.com
¿Por qué no se puede aceptar el término de una relación?,
¿qué aspectos emocionales se desequilibran en una persona
para quedarse pegada con un ex?
La mente y el corazón de los seres humanos se vuelven casi un enigma cuando, a pesar de las circunstancias, la razón no obedece al corazón y sin quererlo, un hombre o una mujer se queda pasmado.
Piensa y siente que su expareja fue lo mejor que le ha pasado en la vida. Y eso le lleva a pasar las 24 horas al día, recordando e ideando estrategias para producir un acercamiento y que él o ella se den cuenta, como un cuento de hadas o por arte de la magia, que es el amor de su vida, vuelvan a estar juntos y “vivieron muy felices”.
Sin embargo, la realidad es diferente y eso duele todos los días. La ausencia, el sentimiento de abandono y la ansiedad por volver a estar juntos puede llegar a extremos en sumo angustiosos. Entonces, la situación se vuelve problemática.
¿Por qué cuesta aceptar el rompimiento?
Lorraine Díaz, psicóloga, explica que, quizás la causa se deba a que se haya producido una “mimetización” con la pareja, o un abandono de su propia identidad en favor del otro.
“Por lo tanto cuando están solos han perdido las herramientas para sobrellevar el término, quedan confundidos ya que no entienden lo que sienten y sólo se enfocan en tratar de recuperar esa parte de ellos que los completa, la pareja”, dice.
Agrega que, generalmente, se trata de personas que buscan sentirse completos a través de una pareja y que pueden ser “inseguros, dependientes, manipulables y que se ven a sí mismos como débiles”. Entonces, lo que ocurre es que andan tristes, dejan de disfrutar y se apagan, según cuenta Francisco Ibaceta Watson, psicólogo de Clínica UC San Carlos de Apoquindo. “Por más que los cercanos intentan sacarlos de ese estado más permanecen en lo mismo y muestran dificultad para poder ligar esa energía que quedó disponible a otra actividad, persona o sí mismos, lo cual les impide hacer la pérdida”, afirma.
Por esa necesidad de contacto con el “amado” les resultaría inaceptable aceptar que han sido plantados y es frecuente que vuelvan a lugares o visiten a amigos en común para tener alguna clase de contacto o reminiscencia.
Incluso, cuenta el psicólogo, pueden mostrar importantes cuotas de control, llegando a la agresividad. “La expareja es una especie de posesión y no una persona con necesidades y deseos propios”. Eso sería lo más preocupante.
Consejos para despegarse
Francisco Ibaceta y Lorraine Díaz entregan tips para salir de una situación poco grata y rehacer la vida. Cada uno de estos consejos tienen como punto de partida trabajar duro en uno mismo, equilibrando las emociones, sanando la pérdida y para ello, tal vez habrá que mejorar ciertos aspectos de la personalidad que están impidiendo dar el salto, y comenzar una nueva vida.
1. Vivir el duelo de la separación: Se debe evitar el pasar de una relación a otra sin el duelo correspondiente. Si no se procesa la relación anterior no aprende, y si uno no aprende, vuelve a equivocarse y caer en lo mismo sin importar cuanto sufrimiento haya habido de por medio.
2. Trabajar la independencia, la autonomía: La vida adulta impone tomar decisiones y si se es dependiente la pérdida será muy grande y el vacío que queda es muy difícil de llenar. Si es imposible superarlo sola, consultar a un terapeuta.
3. Bloquear o eliminar al ex de las redes sociales, agenda y chats: La experiencia muestra que solo el corte completo permite y facilita elaborar la situación, y puede evitar las clásicas recaídas, donde rápidamente se vuelve a sentir lo mismo que llevó a la separación.
4. Volver a girar en torno a uno mismo y no en torno al otro: Para lograrlo, habrá que redescubrir quién era uno antes de ese nosotros y qué se quiere mantener y qué se quiere cambiar.
5. Empoderarse y conversar sobre lo sucedido: Usar redes de apoyo que ayuden a contener los momentos de debilidad, que fomenten la autovaloración para que crezca el poder personal y se acepte lo sucedido.
6. Salir, disfrutar y hacer aquello que se quiere: A veces, por complacer al otro se deja de hacer o visitar personas y lugares. Ahora es momento de retomar todo lo que se dejó de lado.
7. Quitarse el velo: Descubrir cómo era esa pareja en realidad sin idealizaciones ni devaluaciones. Reconocer la fortaleza que cada uno de nosotros poseemos y que nos permite ir ganando experiencias, sin culpas ni reproches.
8. Asumir la diferencia entre necesitar y querer a alguien: Cuando se alcanza una estabilidad emocional apropiada es el momento para saber la diferencia de necesitar y amar, y luego, preguntarse qué se siente cuando se ama.
9. Aprender a disfrutar y estar tranquilo en soledad: El pasar momentos a solas más que una condena hay que tomarlo como una oportunidad para el autoconocimiento y tiempo para la reflexión sobre temas existenciales que nunca están de más.
Fuente El Nuevo Día.