Una regla mágica, que según un coaching japonés da solución a cualquier inconveniente que impide alcanzar la felicidad.
Yoshinori Noguchi es un experto en coaching que escribió un cuento sencillo, profundo que cala hasta las lágrimas, sin exagerar.
De hecho, afirman que el 90% de los lectores japoneses han llorado con esta historia, que se transmite en el libro "La ley del espejo" (Editorial Comanegra). Es que el modo en que está escrito y la candidez de los personajes de verdad que emocionan.
La trama la protagonizan Eiko Akiyama, una ama de casa que cumplirá 41 años, su marido Akiyama, Yuta su hijo y Yaguchi, "un entendido en psicología y solucionador de problemas de empresas y personales".
El cuento parte narrando la preocupación angustiante y desesperada que siente Eiko por su pequeño Yuta, quien es maltratado por sus compañeros en el colegio. Nada es anormal, aparentemente, pero de a poco a poco van apareciendo los sentimientos y heridas profundas que esconden los comportamientos y acciones de cada uno de los personajes.
"Ya estoy harta de sufrir. Necesito ayuda, sea de quien sea", implora la protagonista y decide solucionar sus problemas llamando a este especialista y alterego de Noguchi, quien le entregará las claves para entender lo que está sucediendo a través de la ley del espejo.
"Los acontecimientos que ocurren en la realidad son el 'resultado'. Cada 'resultado' siempre tiene una 'causa'. Y esta 'causa' se halla en su interior. Es decir, debe saber que la realidad de su vida es el espejo que refleja su interior. Por ejemplo, cuando se mira al espejo se da cuenta de 'ah, me he despeinado' o 'hoy tengo mal color'.
Considere que la vida es como un espejo. Gracias al espejo que es la vida podemos darnos cuenta de la propia persona y tenemos la oportunidad de cambiar. La vida está hecha para permitir desarrollarnos hasta donde sea", escribe.
Dolores del alma.
"¿Y usted, siente en este momento resentimiento hacia alguien? ¿Estaría dispuesto a perdonar a esa persona con tal de conseguir una vida feliz para usted?", son algunas de las preguntas que cuestiona el experto para explicar en la segunda parte del libro, cómo funciona su teoría.
"La realidad de nuestra vida es el espejo que refleja nuestro corazón. Es la ley del espejo, donde ocurren acontecimientos que sintonizan exactamente con nuestro interior", enfatiza y explica que esto también se puede entender como que "la causa que se halla en nuestro interior se hace realidad como efecto".
Yoshinori Noguchi explica que esta ley tiene muchos puntos en común con la religión y las filosofías orientales tradicionales. Afirma que es simple y funciona en todas las personas sin excepción. Lo sorprendente, dice es que si se conoce y maneja se puede controlar y disfrutar la propia vida.
"Utilizando esta ley, muchas personas han conseguido cambiar una situación actual adversa y hacer realidad la situación deseada".
La hipótesis funcionaría, según su experiencia, porque es una invitación abierta a mirar qué es lo que hay dentro del corazón y un cuestionamiento sobre la imagen que refleja el espejo cuando uno se mira.
En ese sentido, anima y reitera a cambiar desde el interior. Para ello, se adentra en el gran tema del perdón, que asegura, es el mecanismo para conseguir la calma.
Perdonar es crecer.
"La ley del espejo" se basa también en la importancia del perdón. Yoshinori Noguchi, elabora que si una persona no puede perdonar es porque vive atada al pasado y que el corazón está repleto de rencor hacia alguien.
"Si siento resentimiento hacia alguien y me digo que ¡no se lo puedo perdonar!, no conseguiré nunca la paz interior". Su aseveración, la desarrolla contando que con ese incidente existiría una fuerza extra que actuaría sobre nosotros de forma negativa y que si esa situación se prolonga, lo que se siente acabará convirtiéndose en sufrimiento, eliminando la posibilidad de tener una vida llena de paz.
Al perdonar, subraya, "nuestro cuerpo como nuestro interior se calman y podemos relajarnos. Ahí está la liberación de hechizos del pasado y conseguimos paz y libertad de espíritu. Eso es perdonar, dejar de hacer reproches y se escoge en conciencia la 'calma de los momentos presentes'".
Insiste en que perdonar a alguien es solo para uno mismo. No es para nadie más. Aunque para hacerlo, comenta, habrá que comprender que le han herido y será necesario aceptarlo. "Quizá todavía no esté preparado/a. Es necesario que se acepte a sí mismo/a. Primero uno se perdona a sí mismo. Esto es lo que en psicología se conoce como autoaceptación", advierte.
El mecanismo funcionaría, entonces aceptando la situación y auto perdonándose por no poder perdonar a tal persona, lo que con el tiempo y la experiencia del japonés, permitiría conseguir un alivio tal que posibilitará el perdonar.
Como "La ley del espejo" es un libro de autoayuda para salir de realidades negativas y estancadas, su autor entrega pautas concretas para perdonar y enseña cómo realizar actos llenos de valor que podrían cambiar la vida.
Acá va un resumen de los ocho pasos para conseguir perdonar:
1. Haga una lista con aquellas personas a las que "no puede perdonar".
2. Exprese sus sentimientos hacia esas personas.
3. Busque los motivos de aquellos actos,
qué hizo la persona e imagine las causas
que la llevaron a hacer tal acción imperdonable.
4. Escriba aquello que puede agradecerle.
5. Utilice la fuerza de las palabras para declarar el perdón.
6. Escriba aquello de lo que querría disculparse.
7. Escriba aquello que haya aprendido.
8. Declare "le perdono".
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