sábado, 1 de enero de 2011

Cuando Se Bloquea El Ego Libidinal / Neurosis de Fracaso.



¿Por qué van unidas la sexualidad y la creatividad en la tipología de los egos de Jododorowsky?

Sí, Alejandro Jodorowsky defiende la idea de que no tenemos un ego, sino cuatro: el intelectual, el emocional, el sexual-creativo o libidinal y el material. La sexualidad y la creatividad comparten uno de estos centros porque nacen de la misma energía expansiva del universo, crear con placer, gozar con el acto de la creación. Nace un orgasmo, nace un ser, nace una obra de arte… donde no había nada, la energía libidinal pone algo.

El centro libidinal está bloqueado en muchas personas, ¿por qué ocurre este bloqueo?

Cuando creamos, podemos salimos del surco, de lo establecido por la familia como “seguro”. Cuando damos rienda suelta a las pulsiones sexuales, pasa lo mismo. El árbol genealógico nos programa para la repetición y el ego libidinal tiende a la libre expresión. Por ello la familia intenta taponar la salida de esta energía a menudo.

¿Cómo se detecta este “tapón”?

Aunque lo siguiente puede ser debido a causas diversas, con frecuencia un bloqueo en el ego sexual-creativo toma protagonismo como causa principal:
-Las disfunciones sexuales (anorgasmia, aversión sexual, dispareunia, eyaculación precoz y retardad, frigidez, impotencia, vaginismo…)
-La infertilidad y la esterilidad
-Los tumores en el aparato reproductor
-El celibato
-La carrera artística frustrada

¿Algún remedio psicomágico para estos bloqueos, a modo de sacacorchos?


La Neurosis De Fracaso Y Su Reparación

La Neurosis de fracaso tiene su raíz en la mirada de los padres. Podemos decir que el éxito o el fracaso del hijo puede tener mucha relación con esta mirada.
Pero, ¿qué dicen estas miradas?

“Eres el que no debes ser. Hubieras tenido que ser otro u otra”–> el hijo bloquea su desarrollo y fracasa.

“Eres una carga. Por tu culpa no he podido…” –> el hijo nunca encuentra su lugar, fracasa allá donde intente situarse.

“Me has traicionado. No cumpliste el destino que para tí tenía previsto”–> ningún destino será exitoso, o el impuesto por los padres o ninguno.

“Te has ido. Tu lugar es la familia. Sin ti no vivo. Sin ti no puedo”–> El hijo sale, pero sólo hace cometer errores.

“Me has superado. Ganas más que yo. Vas a parir al nene que yo nunca llegué a tener. Lograste los estudios a los que yo no pude aspirar”–> EL hijo suspende el último exámen, aborta, le roban, quiebra… ¡Si yo no puedo, tú no puedes!

¿Y dónde está la buena noticia?

Podemos realizar con nuestros padres una confrontación, de la que ya hablamos en otra entrada al blog. Recordemos que debemos hablarle así a la persona con la que queremos sanar la relación, en este caso a nuestros padres:

Esto es lo que me has hecho
Esto es lo que sentí
Esto es lo que produjo en mi vida (para bien y para mal)
Esto es lo que sigo padeciendo
Esta es la REPARACIÓN que me debes.

¿Qué cosas hay que tener en cuenta en el método de confrontación?

-Elegir un lugar neutro.
-Aceptar desde el principio que no pedimos que la persona cambie.
-La reparación se hace directamente al ser esencial de la otra persona
-Aceptar que esa persona te dará lo que tú le pides o no te lo dará; si ella no te lo da, el cosmos te lo dará.
-Para hacer la confrontación con personas que ya han fallecido: Hacerlo en su tumba, y siempre acabar de forma positiva, por ejemplo, escribiendo con miel palabras de sanación.

Marcela Paz.
Chile.