El trisquel o trinacria celta es un símbolo geométrico y curvilíneo formado
por una hélice de tres brazos en espiral que se unen en un punto central
configurando una forma en hélice, al estilo de los símbolos solares.
Según la cultura celta, el trisquel representa la evolución y el crecimiento. Representa el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu.
Manifiesta el principio y el fin, la eterna evolución y el aprendizaje perpetuo.
Entre los druidas simbolizaba el aprendizaje, y la trinidad Pasado, Presente y Futuro.
El Triskel también manifestaba la creación,
siendo un símbolo que otorga poderes para estimular la creatividad,
como la salud y la protección general,
que en conjunto conduce hacia la prosperidad y el bienestar,
por lo tanto es un símbolo netamente positivo para el que lo porte.