Lo que deseamos no debería de estar en contradicción con lo que por propia naturaleza necesitamos. El cuerpo es sabio. Es tan simple como decir “Si tengo sed, es porque necesito agua”. Si los deseos y las necesidades coinciden en todos los planos, vivimos en armonía con la naturaleza. El impulso para evolucionar con esta armonía y evitar los bloqueos se llama en Ayurveda “sattva” y es lo que está más cerca del corazón de la naturaleza, pues todo en ella se expande, evoluciona y crece.
Deepak Chopra, en “Salud perfecta” y basándose en textos védicos, apunta estas directrices para aumentar el sattva en la vida cotidiana:
*Sea amable y tolerante con todos
*Actúe con la debida reflexión, no por impulso
*Evite los enfados y las críticas
*Dedique todos los días un rato al ocio, el humor, la relajación y la buena compañía
*Despierte con el sol, contemple el ocaso y pasee a la luz de la luna, sobretodo en el plenilunio
*Coma alimentos ligeros y naturales
*Sea generoso con el prójimo en todos los sentidos: obsequiando con regalos y cumplidos a quienes le rodean, señalando lo mejor de cada uno, permitiendo que otros le engrandezcan, en lugar de estar engrandeciéndose solo.
Para una persona sáttvica, todas las relaciones son oportunidades para dar. Esta actitud básica se complementa con el hecho de que la naturaleza provee siempre de lo necesario para satisfacer las necesidades propias.