«Para disfrutar una taza de té, hay que estar en el presente, consciente y atento,
para saborear su dulce aroma, degustar su sabor, sentir el calor de la taza…
Si estas rumiando hechos pasados o preocupándote por el futuro,
bajarás la vista y la taza habrá desaparecido.
Te la habrás bebido, pero no te acordarás, porque no estabas atento…
La vida es como una taza de té.»
—Thich Nhat Hanh.