Aún sabiendo que la muerte viene de Dios,
cuando nosotros no la provocamos,
por el momento no podemos en la Tierra recibir la
muerte con alegría porque nadie recibe un adiós con felicidad,
pero podemos recibir la separación con fe en Dios,
entendiendo que un día nos reencontraremos todos en una vida mayor
y esa esperanza debe animarnos el corazón.
Chico Xavier.