-La máxima riqueza está en tu interior, donde nadie te la pueda quitar,
ninguna crítica afectar,
ningún odio menospreciar,
ningún ladrón hurtar.
-No te afanes por las riquezas externas, que éstas vendrán solas
si te son necesarias para realizar el trabajo de Dios.
-El dinero no es la causa del bienestar,
sino la consecuencia del bienestar.
-El dinero viene por un estado de conciencia de prosperidad,
y no por el afán desmedido por tenerlo.
“Sabio Libro de los Preceptos”, de Rubén Cedeño.