Aunque la mayoría de nosotros nos consideramos
como personas que comparten,
probablemente caemos en la trampa de compartir con ataduras.
Tenemos la tendencia a dar más a las personas que a cambio nos dan amor,
amistad o seguridad.
Si realmente quieres practicar el compartir sin recibir nada a cambio,
da algo a la persona que no tiene nada que ofrecerte.
Comienza con una persona a la semana, luego haz que sean dos.
Esta es una práctica poderosa para que crezca nuestra capacidad
para compartir incondicionalmente.
Yehuda Berg.