A lo largo de las eras, ha habido un llamado de las almas
para danzar en una realidad que se moldea
con el latido de la sangre.
En el cumplimiento de infinitos roles
vamos perfeccionando nuestros cuerpos,
para enraizar la luz en la dimensión de los contrastes.
El azar no existe, y te busqué entre miles
para que me ayudases a saldar mi deuda.
Hoy se honra tu misión,
y en este único presente, donde la existencia pliega mil caminos,
escucho a mi corazón que susurra una palabra mágica ...
Por haberme acogido en tu vientre,
y por darme lo único que necesitaba
para experimentar esta sorprendente vida
Gracias.
Gracias Madre,
por moldear mi cuerpo,
por mis experiencias a tu lado,
por moldear mi cuerpo,
por mis experiencias a tu lado,
por mi sagrada existencia,
y definitivamente,
por todo lo que fué, es y será.
Nos vemos Ser de Luz
en el infinito y más allá.
Desde mi corazón,
Marcela Paz.