Ensaye lo siguiente durante un par de semanas para ver cómo cambia su realidad:
dé a los demás todo lo que sienta que le están negando.
¿Le falta algo?
Actúe como si lo tuviera, y le llegará.
Así, al poco tiempo de comenzar a dar, comenzará a recibir.
No es posible recibir lo que no se da.
El flujo crea reflujo.
Ya posee aquello que cree que el mundo le niega,
pero a menos que permita que ese algo fluya, jamás se enterará de que ya lo tiene.
Y eso incluye la abundancia.
Jesús nos enseñó la ley del flujo y el reflujo con una imagen poderosa.
"Den y se les dará. Recibirán una medida bien apretada y colmada".