viernes, 19 de agosto de 2011

Salir Del Caos Llamado “Identidad”


“El caos, al que llamamos «nuestra dentidad» , es la trampa que nos permite pertenecer al clan familiar. En nuestro inconsciente profundo yace un terror prehistórico a ser expulsado de la tribu y lanzado en solitario hacia un mundo poblado de bestias feroces y peligros supremos.

Para desarrollar nuestra conciencia, primero es necesario querer cambiar, después, saber que podemos cambiar, y, por último, aceptar las transformaciones que ese cambio produce en nosotros y en el mundo que nos rodea“.

Alejandro Jodorowsky, en “Correo Terapéutico”.

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Dejar De Identificarnos Con Nuestra Edad, Patria, Lengua, Nombre Y Pertenencias.

Cuando empiezas poco a poco a desprenderte de tu identidad, a ser un humano genérico, dejas de verte en una edad determinada. Luego dejas de identificarte con el tiempo en general.

Después ya no te reconoces originario de una patria o habitante de una lengua determinada. No te ves en tu nombre, no te confundes con las cosas que posees, vas cesando la identificación.

¿Pero dónde sostenernos en esa visión de uno mismo?

Te agarras a lo que eres. A la alegría de la vida. Eres cada vez más feliz y no necesitas el traje rígido del carácter o de la personalidad. Te haces fluido, como el agua. Lao Tse dice: «Hay que ser como el agua que toma la forma del vaso que la contiene». Vas por la vida tomando formas y eso es magnífico. Hay un momento en que lo aceptas y te dices «Esto que soy yo desaparece». Y una vez que eres consciente, todo el tiempo estás ahí. Sientes en tus talones un abismo de vacuidad total, y vas avanzando como una luz. Y esa luz que eres sabes que se la va a tragar el abismo. Existe la esperanza de que te disuelvas con un goce infinito en el océano cósmico, y eres tú, pero siempre que aceptes ceder tu conciencia. El último don que tú das es tu conciencia.

Cuando lleguemos a la muerte, lo mejor que podemos ofrecer es una perfecta y luminosa conciencia, una conciencia clara que hay que saber crear, porque si no, como decía Gurdjieff, mueres como un perro, sin ofrendar la conciencia ni construir un alma.”

Alejandro Jodorowsky, en “Psicomagia” ed. Siruela.

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Por Una Infantil Lealtad, Dejamos De Ser Lo Que Somos

“Tratando de valer, te olvidas de ser” ”Un aspirante a psicomago no debería imitar si desear ser imitado”. Todo esto y más nos dice Alejandro Jodorowsky pero, ¿por qué nos empeñamos en seguir pintándonos con los colores de nuestra tribu?

Contesta Cristóbal Jodorowsky: “Nuestro árbol genealógico, nuestro inconsciente, es como una tribu. Tiene miedo a que nos diferenciemos de él. Somos portadores de los conflictos no solucionados de nuestro árbol genealógico y eso se manifiesta en nosotros de muchas maneras…”

Anne Ancelin Shützenberger, le sigue: “A veces esta lealtad invisible sobrepasa los límites de la sensatez y sin embargo se repite. Solemos mantener una poderosa e inconsciente fidelidad a nuestros designios familiares: a sus tradiciones, a sus traumas, a sus secretos, a sus proyectos más o menos advertidos. Adoptamos los sentimientos de la familia como si fueran propios.”

Aquí está Marianne Costa para recordarnos que nacemos como un ser con todas las posibilidades del ser, con un primer latido de embrión que parte del “neutro” y desde un lugar que permite todos los logros imaginables. Aunque la familia nos limite, nos imponga misiones, nos forme y nos deforme y le sigamos imitando la identidad que nos dan por una lealtad infantil que esconde el miedo a ser expulsados del clan, siempre estamos a tiempo de volver a ese neutro y llegar a ser lo que de verdad somos.

Redondea Alejandro Jodorowsky: “No hay mayor felicidad que ser lo que uno es”.