Vengo de una librería muy particular. En ella se venden libros no comerciales, de tirada corta, casi artesanos. Hoy me he traído a casa uno que se titula “Las mágicas agendas de los terapeutas”. Habla de un hecho bien conocido entre los profesionales de la salud, especialmente de la salud mental: la sincronicidad que existe entre los casos que les toca tratar en sus consultorios y las etapas por las que van pasando en sus propias vidas. Una psicóloga cuenta que criando a sus hijos le llegaban muchos niños con problemas de desarrollo, en el momento que eran adolescentes, abundaban los casos de chicos y chicas en esta edad, si algún fin de semana hacía un curso sobre cualquier tema, el lunes se presentaba un cliente necesitando la nueva técnica que había aprendido. Mientras duró el proceso de su divorcio, hubo mucha demanda de terapia de pareja. Incluso cuando murió su padre, acudieron pacientes con duelos patológicos…
Y es que es cierto que donde pones la energía, aquello crece.
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A los ocho años se le despertó un enorme interés por los minerales y a él le pareció que por arte de magia todos le hacían regalos relacionados sobre el tema. Con quince aprendió a bucear, descubrió un universo de plantas y animales bajo el agua. Cuanto más le interesaba, más información le llegaba y la vida parecía ofrecerle más opciones…La demostración: sus padres se compraron una casa al lado del mar y un equipo profesional de buceo que él podía usar a su antojo.
Se preguntaba: ¿Cada camino que se emprende está siempre bendecido por el destino? o ¿Es un destino impensable el que dirige nuestros pasos?. Entonces encontró un libro en el que se hablaba sobre las leyes de la “magia”. Una de ellas dio respuesta a sus dudas:
“La energía está en todas partes pero sólo surge donde fijamos la atención. Si desarrollamos la atención crece el poder”. A. Jodorowsky.
Plano Creativo.
