sábado, 1 de noviembre de 2014

"El Arte de Vivir Simple".

El reto es limpiar todo aquello que ya no sirve, 
desechar las programaciones obsoletas de la mente y corazón, 
y restaurar los sueños del alma.
Es todo un proceso aprender a “descomplicarnos”. Mientras crecemos, sin darnos
cuenta adquirimos una serie de porquerías estorbosas que opacan nuestros sueños 
y nuestro brillo personal. En este afán de pertenecer a diversos grupos, intentamos 
disfrazarnos de todo, menos de nosotros mismos.
Hasta que un día comienzas a “despertar”, te das cuenta de todo el hedor que 
muchas de esas cosas inútiles que acumulaste y confundiste con tu esencia, 
comienza a ser verdaderamente molesto, aquí es cuando tu alma te empuja 
a poner manos a la obra.
La purificación es un proceso constante y nada sencillo. El reto  
es limpiar todo aquello que ya no sirve, desechar las programaciones obsoletas 
de la mente y corazón y restaurar los sueños del alma, re-diseñarlos.
Es en este punto cuando te conviertes en un verdadero artista, 
ante ti tienes la gran roca de mármol amorfa y simplemente comienzas
 a quitar lo que sobra. Poco a poco y con paciencia, hasta que vas notando 
el resultado. La nueva forma se asoma y conforme esto te das cuenta que 
requieres un nuevo espacio para esta obra, así es como cambian tu escenario  
y los personajes que te rodean. Así que caes en cuenta que todo se corresponde, 
se hace un cambio adentro y todo afuera se modifca. Soltar y aceptar 
es la clave del fluir y el saber dejar ir, la vida se aligera, 
se “descomplica”.
Para que llegue la paz a tu vida, primero es necesario identificar 
que la complica. Y ya que lo sabes, estar dispuesto a soltar puede ser 
lo más duro. Lo bello de esto es que dejas un espacio para algo nuevo, 
donde surge la pregunta ¿y ahora que SI quiero?.
Ahora que he soltado puedo reconocer mi brillo, recordar 
mis sueños y con nuevos bríos tomar acción para co-crear 
desde la consciencia y el amor.
Por Rafael Martínez.