jueves, 18 de septiembre de 2014

"El Puente del Arco Iris".


Hay un puente que queda entre el Paraíso y la Tierra, y se llama Puente del Arco Iris. Cuando un animal que ha sido especialmente amado por alguien aquí en la Tierra muere, entonces va al Puente del Arco Iris. Allí hay valles y colinas para todos nuestros amigos especiales, para que ellos puedan correr y jugar juntos. Hay mucha comida, agua y sol, y nuestros amigos se encuentran cómodos y al abrigo. Todos los animales que han estado enfermos o que eran ancianos, recuperan su salud y vigor; aquellos que fueron heridos o mutilados recuperan lo perdido y son fuertes nuevamente, tal como los recordamos en nuestros sueños de días y tiempos pasados.

Los animales están felices y contentos, excepto por una pequeña cosa: cada uno de ellos extraña a alguien muy especial, alguien a quien tuvo que dejar atrás. Todos corren y juegan juntos, pero llega un día en que uno de ellos se detiene de repente y mira a la lejanía. Sus brillantes ojos se ponen atentos; su impaciente cuerpo se estremece y vibra. De repente se aleja corriendo del grupo, volando sobre la verde hierba, moviendo sus patas cada vez más y más rápido. Tú has sido avistado, y cuando tú y tu amigo especial finalmente se encuentran, los dos se abrazan en un maravilloso reencuentro, para nunca separarse de nuevo. Una lluvia de besos cae sobre tu rostro; tus manos acarician nuevamente la cabeza amada, y puedes mirar nuevamente a los confiados ojos de tu mascota, tanto tiempo apartada de tu vida, pero nunca ausente de tu corazón. Entonces los dos cruzan el Puente del Arco Iris juntos…

¿Y que ocurre cuando un perrito o gatito que no han sido amados en la tierra, parten también al cielo de las mascotas? ¿Cómo cruza el Puente del Arco Iris?

Diferente de la mayoría de los días en el Puente del Arco iris, amaneció un día diferente a los días normales tan llenos de sol; este era un día frío y gris. Los recién llegados no sabían que pensar, nunca habían visto un día de este tipo allí. Pero los animales que llevaban más tiempo esperando a su persona querida sabían perfectamente lo que pasaba, y se fueron juntando en el camino que conducía al Puente.

Pronto un perro mayor fue visto, con su cabeza muy hundida y arrastrando su cola. Los animales que llevaban tiempo allí, sabían inmediatamente cual era su historia, porque habían visto pasar esto muchas, demasiadas veces. El se acercó lentamente, y aunque no demostró signos de estar herido o enfermo, él estaba sufriendo emocionalmente. Al contrario de los otros animales que esperaban en el Puente, este animal no había vuelto a la juventud, ni había vuelto a estar lleno de salud y alegría. Mientras caminaba hacia el Puente, veía como todos los otros animales le miraban a él. Sabía que este no era su sitio, y que cuanto antes pudiera cruzar el Puente, antes sería feliz.

Pero no podía ser. Cuando se acercó al Puente, apareció un Ángel y con cara triste le pidió perdón y le dijo que no podía cruzar. Solamente a aquellos animales acompañados por su persona se les permitía cruzar el puente. No teniendo a nadie, ni otra parte a donde volver, el perro caminó penosamente en el campo delante del puente. Allí él encontró otros como el, viejitos o enfermos, tristes y desalentados. Diferentes de los otros animales que esperaban para cruzar el puente, estos simplemente estaban acostados en la hierba, mirando fijamente desolados el camino a través del Puente del Arco Iris.

El viejo perro se quedó entre ellos, mirando el camino y esperando, aun no sabiendo lo que él esperaba realmente. Uno de los perros más nuevos que esperaba a su dueño en el puente le pidió al gato que estaba allí más tiempo, que le explicara qué sucedía. El gato contestó, “esos pobres animales nunca tuvieron una persona que los cuidara y amara, fueron abandonados, llevado lejos, o dejados en los refugios. Éste al menos llegó hasta un refugio; entró en el refugio igual que lo ves ahora, un animal mayor, con el pelo gris y la vista algo nublada. Pero nunca consiguió salir de él, y se murió solamente con el cariño de su cuidador para acompañarle mientras se fue de la tierra. Pero nunca encontraron un hogar en la Tierra. Todos ellos pasaron por allí solamente con el amor de un protector para confortarlos. Porque no tuvieron ninguna persona para amarlos, no tienen a nadie para que los acompañen a través del Puente del arco iris” … El perro preguntó al gato, “Entonces qué les sucederá a esos animales?”. Antes de que el gato pudiera contestar, las nubes comenzaron a desvanecerse y el frío cambio en sol brillante. El gato contestó, “mira, y verás”.

En la distancia estaba una sola persona, y cuando ella se acercó al Puente, los viejos, enfermizos y tristes animales en el campo fueron bañados en una luz dorada de golpe se volvieron jóvenes y sanos. Otro grupo de animales de los que estaban esperando, también se acercaron al camino y bajaron sus cabezas mientras se acercaba aquella persona. Al pasar por delante de cada cabeza, la persona les tocó a cada uno, a algunos les daba una caricia, a otros les rasgaba las orejas cariñosamente. Los animales que habían rejuvenecido se fueron poniendo en una fila detrás y siguieron a la persona hacia El Puente. Luego, todos cruzaron el Puente juntos.

El perro preguntó al gato, “qué acaba de suceder?” El gato respondió, “ese fue un protector ” esa persona era gran amante de los animales y trabajaba en su defensa. Los animales que viste bajando sus cabezas en señal de respeto eran los que encontraron nuevos hogares gracias al esfuerzo de tales personas. Claro, todos esos animales cruzarán el Puente cuando llegue su momento, cuando lleguen los que eran sus nuevas familias. Pero los que viste mayores y luego rejuvenecidos, eran los que nunca encontraron una casa… y como no tuvieron familia, no podían cruzar el Puente.”Cuando llega una persona que haya trabajado en la tierra para ayudar a los animales abandonados, y como tributo a ellos se les permite un último acto de rescate y amor. A todos aquellos pobres animales para los que no pudieron conseguir familias en la tierra, se les permite acompañarlos para que también puedan cruzar el Puente del Arco Iris.”


El perro pensó por un momento, y después dijo, “me gustan los salvadores”. 
El gato sonrió y contestó “a mí también, amigo, a mí también".