La llave para abrir la puerta del Cielo
está envuelta en nuestras tareas cotidianas.
La visión celestial le será revelada
a quien no llegue demasiado pronto ni demasiado tarde.
Como cada estrella que brilla a lo lejos,
sin prisa y sin descanso.
Que cada hombre se mueva a su propio ritmo
y haga su tarea diaria
lo que mejor pueda.
Goethe.