lunes, 8 de junio de 2015

"Bondades de Haber Sido Criada por Padres Hippies"


Mis padres son el fiel reflejo de Woodstock. Tienen las palabras “paz y amor” 
pegadas en la frente y aunque de pequeña no siempre estuve de acuerdo con ellos,
 cuando crecí me di cuenta que eso era simplemente porque eran diferentes al resto, 
algo que ahora adoro. Muchos tienen una concepción errónea de ellos. 
Los ven como personas excesivamente relajadas y muchas veces, consumidoras,
 sin embargo, están muy lejos de eso. 
Lo que los define son sus ideologías y pensamientos,
 algo de lo que actualmente estoy muy orgullosa. 
De eso, y de estas 8 bondades de haber sido criada por ellos.

1. Me enseñaron acerca del poder de la mente

Me enseñaron que la mente puede hacerte lograr todo eso que te propones. Me enseñaron que nuestra cabeza es quien maneja nuestro cuerpo, por lo que todo lo que pensemos, podremos hacerlo. El desafío está en convencernos de aquello y desearlo con toda nuestra alma.

2. Aprendí de la responsabilidad cuando tuve mi propia huerta

Cuando nací, mis padres ya cultivaban frutas y verduras en su propia huerta, por lo que mi infancia se tradujo en plantar y cosechar. A medida que iba creciendo, ellos me daban cada vez más responsabilidades y confiaban en que yo podría manejar el crecimiento de las plantaciones. De a poco comencé a formarme horarios, a valorar el cuidado y la constancia, ya que los frutos que salieran del huerto dependían solo de mi.

3. Me enseñaron acerca de la naturaleza

Desde que era pequeña mis padres me llevaron a acampar y ahí me enseñaron todo lo relativo a la naturaleza. Tanto flores, plantas, árboles como animales. Eso me hizo desarrollar un inmenso amor y cuidado por la naturaleza que me dura hasta hoy. 

4. Comíamos comida orgánica mucho antes de que fuese una moda

No consumíamos nada que fuese procesado o no orgánico. Todo lo que salía de nuestra huerta era lo que comíamos y era realmente porque mis padres creían en esa filosofía y en que ella haría nuestro cuerpo más saludable. Nada de modas.

5. Me enseñaron la importancia del reciclaje

Para ellos, el cuidado del mundo estaba entre unas de sus prioridades de enseñanza. Independiente si podían o no comprar cosas nuevas, no veían la utilidad de no darle un nuevo uso a algo que íbamos a tirar. Esto es algo que ahora he aplicado a mi vida, y, me ha hecho poseer reliquias invaluables y originales, que nadie más en el mundo tiene. Además, ayuda a preservar el mundo que quiero que mis hijos vean.

6. Me ayudaron a desarrollar mi creatividad alejándome de la televisión

Simplemente no había televisión en mi casa, por lo que tenía que ingeniármelas para entretenerme. Eso me hizo salir a descubrir el mundo. Ver, conocer, aprender, todo de la mano de la naturaleza que florecía afuera de mi hogar. Hoy, con la tecnología que manejamos, que es una amenaza mucho mayor, pretendo darle el mismo ejemplo a mis hijos.

7. Me enseñaron acerca del positivismo

Ellos siempre le vieron el lado positivo a todas las cosas, por lo que nunca me dejaron rendirme frente a nada. Me decían “te quiero” constantemente y su frase típica era “todo va a estar” bien. Ahora soy una persona completamente optimista gracias a ellos y veo una oportunidad en cada obstáculo que se me presenta.

8. Me desarrollé sin apego a las cosas materiales

Ropa heredada, comida cultivada, cosas recicladas. Es imposible desarrollar un apego a las cosas materiales así. Fui feliz con muy poco y ese fue el mejor ejemplo que me pudieron dar para decirme que la felicidad no está en lo material. Hoy soy una persona completamente desapegada, y sin posesiones que sobran.