viernes, 17 de octubre de 2014

"Veganismo: Amor Animal Sin Límites". Las Magas.

Las diversas prácticas en busca de la alimentación sana han tomado posicionamiento y fuerza en las últimas décadas. La conciencia hacia el planeta como organismo vivo, con el respeto al ecosistema y por ende a las diversas formas de vida que interactúan con el humano, ha dado pie al nacimiento de una actitud ética que rechaza de plano la explotación de animales como productos de consumo: hablamos del veganismo.
En términos generales, el veganismo es la práctica de abstenerse del consumo o uso de productos de origen animal. Leslie Cross, miembro fundador de la Vegan Society, indicó que “es la doctrina en la cual los humanos viven sin explotar a los animales.”
De acuerdo con esta definición, el veganismo no es solamente un cambio de paradigma alimentario sino una política de vida: todos sus alimentos deben alejarse de cualquier sustancia de origen animal. O sea, no comen lácteos y sus derivados (olvídese del yogurt, la mantequilla o cualquier variedad de queso), huevos, ningún tipo de carne, ni miel, ni gelatina; rechazan vestir con lanas, cueros, pieles, sedas, etcétera; se manifiestan en contra de cualquier espectáculo que incluya animales, desde el rodeo y las corridas de toros hasta los parques acuáticos y la película Babe, el cerdito valiente. Pero la cosa va más allá; objetan cualquier producto que haya sido testeado previamente en animales, por ende evitan variados cosméticos y algunos comestibles industrialmente procesados; por si fuera poco, rebaten la compraventa de animales ya que repudian la posibilidad de que éstos tengan un estatus de propiedad (si usted compró un chihuahua en un criadero, aunque lo mime, lo cuide y lo proteja como un miembro más de su familia, está fuera de los preceptos veganos; lo que cabe en el caso de animales de compañía, es la adopción responsable, donde no eres el dueño de tu mascota, sino su compañero).
Es que el rechazo al maltrato animal no debiera quedar solamente en las palabras; las distintas vejaciones a las que son sometidos los animales en su fase de producción es lo que les choca a este grupo de activistas. Porque sí, la premisa vegana es el activismo; no se quedan en sus casas sólo absteniéndose de comer tal o cual cosa, sino que rechazan el maltrato de los animales en cautiverio, sobre todo si se trata de maltratarlos, torturarlos o sacrificarlos en pos del beneficio humano, cualesquiera sea éste.
Y claro, uno podría preguntarse, desde la ironía, qué pasa con los vegetales entendidos como organismos vivos, en esta cruzada por el respeto al ecosistema. Sucede que el veganismo parte de una cosmovisión sensocentrista, esto es, que todos los individuos con capacidad para sentir deben ser considerados y respetados: como las lechugas no poseen terminaciones nerviosas, no son consideradas dentro de este grupo.
La principal diferencia entre los veganos y los vegetarianos radica, en el aspecto práctico, en que los vegetarianos sí consumen aquellos productos animales, pero con el alcance de que no ocasionen la muerte del animal (miel, mantequilla, leche y huevos, por ejemplo).
Origen
Los ingleses Elsie Shrigley y Donald Watson, en la década de los ’40 eran vegetarianos estrictos o puros, a los que les chocaba que la gente se autodefiniera como vegetariana si consumían productos lácteos e incluso pescado. En 1944 acuñaron el término vegano como definición para distinguirse del vegetarianismo; ese año se fundó la Vegan Society, el 1 de noviembre, fecha que se celebra como Día Mundial del Veganismo.
Entonces, ¿qué comen los veganos?
Principalmente frutas, verduras, arroz y otros granos, y variados frutos secos. Los porotos, lentejas y soya les entregan la proteína necesaria para mantener una alimentación equilibrada, y los aceites vegetales, la palta y los frutos secos entregan suficientes calorías y grasa para mantener la buena salud.
Ahora, si nos ponemos más específicos aún, existe una subrama del veganismo llamado crudi veganismo (o raw veganism), donde no se come nada cocido. Esta dieta incluye los germinados de los granos y leguminosas, ya que la mayoría de éstos no son digeribles si no se cuecen.
Salvar el planeta
El 2006, Greenpeace Internacional presentó el informe “Estamos devorando la Amazonía”, donde explica que la principal causa de deforestación en la selva se debe a los cultivos de soya para la alimentación de ganado, el que acaba sirviendo de alimento en cadenas de comida rápida y supermercados.
Por su parte, en 2010 la ONU recomendó que para combatir el cambio climático, la mejor opción sería reducir el consumo de carne para conseguir algo a corto plazo, e indicó que la alimentación vegana es la única forma de salvar el planeta del desastre medioambiental; un año antes, el medioambientalista británico Lord Stern afirmó al diario The Times que la única vía para salvar al mundo es que todo el planeta se haga vegetariano.
Pros y contras
Derribando mitos sobre los posibles riesgos de desbalancear la dieta del ser humano, considerando que como animales somos esencialmente omnívoros, sucede que una serie de investigaciones han demostrado los aparentes beneficios de mantener una dieta vegana. La Universidad de Oxford por ejemplo, concluyó que la dieta vegana reduce hasta en un 32% las posibilidades de padecer una enfermedad al corazón; la Universidad de Loma por su parte, indicó que dejar de lado las carnes en la alimentación disminuye ostensiblemente el índice de mortalidad.
Sin embargo, al adoptar este tipo de alimentación pueden producirse con facilidad carencias de calcio, proteínas, vitamina D, yodo, zinc, ácidos grasos DHA y la vitamina B12, si no se come adecuadamente. De hecho, la falta de ingesta de vitamina B12 (presente mayoritariamente en los productos cárnicos) podría afectar gravemente el desarrollo de los lactantes. Esto es particularmente riesgoso en caso de que la madre sea vegana, ya que si bien un adulto podría obtener B12 de otras fuentes, no resultaría suficiente como para aportarla al niño mediante la lactancia. De allí que se indica que la dieta vegana no sea recomendada para madres en gestación ni para niños menores de 10 años.
Por ello es importante decidir y actuar con responsabilidad; si bien el riesgo de anemia por falta de fierro y vitamina B12 más la falta de calcio es alta si no se planifica. Las dietas veganas bien planificadas son definitivamente más saludables que las dietas ovo-lacto-vegetarianas, ya que se ha comprobado que reducen las posibilidades de riesgo de cáncer de colon y próstata, ataques e infartos al corazón, osteoporosis, colesterol y presión alta en la sangre.
Un grupo de investigadores suecos concluyó que una dieta vegana libre de gluten puede mejorar la salud de pacientes con artritis reumatoide; en el Centro de Cáncer Memorial Sloan-Kettering en Nueva York, junto a científicos de la Universidad de California en San Francisco, demostraron que los niveles de un marcador clave biológico para tumores de próstata cayeron considerablemente cuando los pacientes adoptaron esta dieta. Otros estudios avalan la posibilidad de minimizar riesgos de cáncer de mama, y además es ampliamente recomendada para el tratamiento de la gota.
Veganismo made in Chile
Intrigados sobre la realidad vegana en Chile, la Facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo desarrolló un estudio para contextualizar esta realidad en el país. Encuestaron a 266 personas; de ellas, el 74% se definió como “animalista” y cuestiona que los seres vivos sean maltratados y asesinados para ser vendidos como productos de consumo para los humanos, de lo que se desprende el valor ideológico del veganismo.
Según este estudio, la edad promedio de los veganos es de 24 años, y solamente un 7,5% ha eliminado la carne y los derivados animales de su dieta por razones de salud. Si bien en su mayoría creen tener una dieta equilibrada, gran parte de la información nutricional la consiguen en diversos sitios de Internet y no en especialistas directos. Rehúyen la visita al nutricionista.
Vegetarianos Chile, por su parte, realizó un censo on line de este universo, contabilizando a 13 mil personas en el país: 80% de ellas son vegetarianas, y el 20% restante, veganas.
En terreno
Marisol Herrera es chef de La Fraternal, local que desde hace dos años abastece a la comuna de Ñuñoa de alimentación orgánica y diversos talleres vinculados a la vida sana como yoga y huertos urbanos.
Marisol nos cuenta que todos los días hay un menú vegetariano con opción vegana, y nos presenta algunos de sus platos: “este es un sándwich de semilla, nueces, tomates, ciboulette y pimentón, montado sobre hojas verdes; este otro, es una quinoa salteada con verduras y un guiso de zapallo italiano con tomate deshidratado, acompañado de hojas verdes”. Aprovechamos de probar un muffin de betarraga con miel de ágave, porque claro, como dijimos anteriormente, la miel de abeja no es vegana.
La chef explica que en Santiago “somos los primeros en tener una línea crudi vegana”; frente a la rigurosidad de la dieta, explica que “en todo esto hay consumidores y seguidores más extremos y otros más relajados. Un sustituto interesante para la vitamina B12 es el quéfir de agua, una especie de yogurt hecho por un hongo chino, organismo vivo que con sus desechos vuelve ácida el agua, transformándose en una especie de chica pues se alimenta de azúcares de la fruta o la chancaca”.
Marisol comenta que “el crudi vegano consume harto pan esenio, un pan que consumía Jesús; uno de los evangelios apócrifos precisamente (el evangelio esenio) da los detalles de esta receta, con un trigo antiguo, germinado y secado al sol. Acá hacemos sándwiches de pan esenio, de pan de zanahoria deshidratada… De hecho, el sándwich vivo es hecho con pan esenio, zanhoria rallada, queso de semillas, lechuga, palta y brotes”.
Frente al público del lugar, la anfitriona expone que “vienen muchas personas preocupadas de su salud: artistas, médicos, actores, nutricionistas, dueñas de casa, harta gente joven pero también gente mayor, hasta como los 60”. Frente a la motivación para seguir este camino, afirma que “es más creativo y entretenido para hacerlo y me armó un mundo nuevo: hay harto amor en esto”.
Al consultarle por alternativas líquidas, Marisol nos habla del jugo de luz, el jugo crudi vegano por excelencia. Consiste en una vitamina de manzana, con hojas verdes y semillas germinadas, todo filtrado: “es rico en clorofila, lo que es muy importante porque nos proporciona oxígeno. La única diferencia entre la hemoglobina y la clorofila es que el centro de la primera es hierro, y la segunda es magnesio. Y también tiene magnesio, que se le ha quitado a casi todos los alimentos procesados”, comenta.
35 Veganos famosos
Además del multimegamillonario empresario y cofundador de Apple Steve Jobs, son muchísimos los personajes públicos que han adherido al veganismo. He aquí una selección de ellos… Sorpréndase:
Alanis Morissette, Anthony Kiedis (vocalista de los Red Hot Chili Peppers), Bryan Adams, Chris Martin (vocalista de Coldplay), Geezer Butler (bajista fundador de Black Sabbath), Joss Stone, Michael Stipe (cantante de R.E.M.), Moby, Morrissey, Paul McCartney, Prince, Rubén Albarrán (vocalista de Café Tacvba), Sinéad O’Connor, Sting.
Alicia Silverstone, Gillian Anderson (la agente Scully de Los Archivos Secretos X), Jared Leto, Joaquín Phoenix, Kim Basinger, Linda Blair (la temible Regan MacNeil de El Exorcista), Mayim Bialik (Amy Farrah Fowler, en The Big Bang Theory), Michelle Pfeiffer (la Gatúbela de Batman Returns), la ganadora de un Oscar Natalie Portman, River Phoenix, Uma Thurman, Weird Al Yankovic.
Carl Lewis, atleta estadounidense especialista en pruebas de velocidad y salto largo, 10 veces medallista olímpico y 9 veces campeón mundial; la tenista Martina Navratilova; el boxeador Mike Tyson.
Sheva Alomar (Personaje del videojuego Resident Evil); Apu Nahasapeemapetilon (el inmigrante indio de The Simpsons); Lisa Simpson (una de las protagonistas de la misma serie); Aang (el Avatar y último Airbender de la serie Avatar: la leyenda de Aang); Phoebe Buffay-Hannigan (una de las protagonistas de la legendaria serie de televisión Friends.
Fuente: lasmagas.cl
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