"Dejar de buscar la sanación en una fuente externa a ti.
-Empezar a cultivar tu propia y única sensibilidad femenina,
dejando un lugar para escuchar tus sentimientos y responderles.
-Escuchar a tu cuerpo y respetar sus límites.
-Escuchar a tu intuición y no dejarla atrás.
-Escuchar la voz de tu creatividad y respetar cada uno de los aspectos
de ti misma que quieran expresarse en cada momento.
-Velar por tu salud y tomar las decisiones que te enriquezcan.
-Poner tus sueños en marcha. Por ejemplo, si sueñas que te conviertes en
una gran escritora, ve a un cursillo de redacción, haz un hueco
en tu horario semanal o diario para escribir, y ¡escribe!
Si quieres cambiar de carrera, busca alternativas en la biblioteca
o invierte en ti misma acudiendo a un centro especializado.
-Poner manos a la obra: cuida las plantas, date un masaje, haz pan,
observa los ciclos de la naturaleza y sé consciente de tus biorritmos
y su relación con los ciclos estacionales.
-Cultivar y apoyar a tus amistades femeninas.
-Unirte a un grupo de mujeres;
la sanación se produce en la matriz femenina.
-Visitar la biblioteca o la librería y saca libros
en los que investigar sobre lo femenino sagrado.
-Participar en el enriquecimiento de tu comunidad".
Autora: Maureen Murdock.