Tenemos la mente perturbada de ideas inútiles,
de formas inexactas,
de argumentos sin verdad.
Tenemos más aire que sabiduría, más posturas adquiridas que innatas.
Tenemos un cerebro grande, pero una mente estrecha,
una masa que controla nuestros instintos y que hemos condicionado solo a eso.
Tenemos la mente inundada de sueños infértiles,
de pesadillas eternas,
de ambiciones remitidas,
de preocupaciones impropias.
Tenemos tantos conceptos que no sabemos cuál finalmente define la verdad del objeto.
Hemos saturado un divino recipiente,
con fantasma y papeles,
con miedos y límites,
con títulos falsos y conductas impuestas.
Lo que podría ser un proyector de nuestro ser,
lo hemos convertido es un simple cine del ego.
Leonidas Zanni.