La fuente de toda la creación es la conciencia pura,
la potencialidad pura
que aspira a expresarse
de lo no manifiesto en lo manifiesto.
Y cuando nos damos cuenta de que
nuestro Yo verdadero es de potencialidad pura,
nos alineamos con el poder
que lo manifiesta todo en el universo.
Esta Ley podría llamarse también Ley de la unidad, pues bajo la diversidad infinita de la vida subyace la unidad de un espíritu que todo lo penetra. No existe ninguna separación entre este campo de energía y nosotros. El campo de la potencialidad pura es nuestro propio "Yo". Y cuanto más conozcamos nuestra propia naturaleza, más próximos estaremos al campo de la potencialidad pura.
Nuestro "Yo" verdadero es humilde y no se siente superior a nadie, pues sabe que todos los demás son el mismo "Yo", el mismo espíritu, bajo disfraces diferentes.
¿Cómo podemos acceder a este campo? Mediante el silencio, la meditación y la quietud.
Otro camino para acceder al campo de la potencialidad pura es por medio de la práctica de la abstinencia de juicios de valor. El juicio de valor es la evaluación constante de las cosas como correctas o incorrectas, buenas o malas. De esta forma generamos en nuestro interior turbulencias que limitan el flujo de energía entre el campo de la potencialidad pura y nosotros. Estamos comprimiendo el "hueco" entre los pensamientos.
Este hueco es nuestra conexión con el campo de la potencialidad pura. Es ese estado de conocimiento puro, ese espacio silencioso entre un pensamiento y otro, esa quietud interior que nos conecta con el poder verdadero. Y cuando comprimimos el hueco, comprimimos nuestra conexión con el campo de la potencialidad pura y la creatividad infinita.
Aplicación práctica.
1. Entraré en contacto con el campo de la potencialidad pura dedicando algún tiempo cada día a guardar silencio, simplemente a ser. También entraré en mi interior varias veces al día, aunque sólo sean cinco minutos cada vez.
2. Dedicaré cierto tiempo cada día a entrar en comunión con la naturaleza y a presenciar en silencio la inteligencia que se encierra en todas las cosas vivas.
3. Estaré atento a los juicios de valor que emito e intentaré no juzgarme, no juzgaré a nadie, ni nada de lo que suceda.
De "Las 7 Leyes Espirituales del Exito" Deepak Chopra.