Nadie más que tú te puede dar la libertad.
Este pequeño librito te enseñará cómo.
—Byron Katie
Este pequeño librito te enseñará cómo.
—Byron Katie
Este pequeño libro es un extracto de Amar lo que es. Cada año, decenas de miles de
estos libritos impresos son solicitados y se envían alrededor del mundo para
ayudar a la gente a descubrir gratuitamente el poder transformador de El Trabajo
(The Work).
Si deseas explorar mayormente este proceso, sugerimos que pidas Amar lo que es
donde sea que se vendan libros. La versión completa del libro te ayudará a
profundizar en El Trabajo, e incluye numerosos ejemplos de Katie facilitando a
otros sobre asuntos tales como el miedo, la salud, las relaciones, el dinero, el
cuerpo y más. Amar lo que es también está disponible como audio libro en inglés, lo
que te ofrece la experiencia valiosísima de escuchar a Katie hacer El Trabajo en
vivo mediante grabaciones hechas en talleres. El libro (en español) y el audio libro
(en inglés) también están disponibles en nuestro sitio web oficial,
www.thework.com. Para más información respecto a traducciones al español de
libros y otras publicaciones de Byron Katie, acudan a www.thework.com/espanol.
© 2009 Byron Katie, Inc. All rights reserved.
estos libritos impresos son solicitados y se envían alrededor del mundo para
ayudar a la gente a descubrir gratuitamente el poder transformador de El Trabajo
(The Work).
Si deseas explorar mayormente este proceso, sugerimos que pidas Amar lo que es
donde sea que se vendan libros. La versión completa del libro te ayudará a
profundizar en El Trabajo, e incluye numerosos ejemplos de Katie facilitando a
otros sobre asuntos tales como el miedo, la salud, las relaciones, el dinero, el
cuerpo y más. Amar lo que es también está disponible como audio libro en inglés, lo
que te ofrece la experiencia valiosísima de escuchar a Katie hacer El Trabajo en
vivo mediante grabaciones hechas en talleres. El libro (en español) y el audio libro
(en inglés) también están disponibles en nuestro sitio web oficial,
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© 2009 Byron Katie, Inc. All rights reserved.
───────»♣ ☆ ♡ ☆ ♣«───────
El Trabajo de Byron Katie es una forma de identificar y cuestionar los
pensamientos que causan todo el sufrimiento en el mundo. Es un camino para
encontrar la paz dentro de ti y en el mundo. Los ancianos, los jóvenes, los
enfermos, los sanos, las personas con estudios y las que carecen de estudios—
cualquier persona con una mente abierta puede hacer este Trabajo.
Byron Kathleen Reid sufrió una severa depresión tras cumplir los treinta años.
Durante diez años, su depresión se agravó y Katie (como es llamada) pasó cerca de
dos años casi incapaz de levantarse de su cama y obsesionada con el suicidio. De
repente una mañana, estando en lo más profundo de la desesperación, tuvo una
revelación que transformó su vida.
Katie comprendió que cuando creía que algo debería ser diferente de como era
(«Mi marido debería quererme más», «Mis hijos deberían apreciarme») ella sufría,
y que cuando no creía estos pensamientos, sentía paz. Se dio cuenta de que la
causa de su depresión no era el mundo alrededor suyo, sino lo que ella creía sobre
ese mundo. En un repentino despertar interior, Katie entendió que nuestro intento
por encontrar la felicidad está enrevesado: en lugar de intentar, inútilmente,
cambiar el mundo para ajustarlo a nuestros pensamientos de como «debería» ser,
podemos cuestionar estos pensamientos y, mediante el encuentro con la realidad
como es, experimentar una libertad y un gozo inimaginables. Katie desarrolló un
método de indagación sencillo y sin embargo poderoso, denominado El Trabajo,
que hace posible esta transformación. El resultado fue que una mujer deprimida y
con tendencias suicidas se llenó de amor por todo lo que la vida trae.
Esta revelación de Katie coincide con las investigaciones punta-de-lanza de la
psicología cognitiva, y El Trabajo se ha comparado con el diálogo socrático, las
enseñanzas budistas y los Programas de Doce Pasos. Sin embargo, Katie desarrolló
su método sin conocimiento alguno de religión ni de psicología. El Trabajo se basa
totalmente en la experiencia directa de una mujer respecto a cómo se crea el
sufrimiento y cómo se le pone fin. Es asombrosamente sencillo, accesible a
personas de todas las edades y procedencias y no requiere más que un lápiz, papel
y una mente abierta. Katie comprendió de inmediato que aportar sus respuestas o
revelaciones a otros valía para poco; en lugar de eso, ella ofrece un proceso
mediante el cual las personas pueden encontrar sus propias respuestas. Las
primeras personas que experimentaron El Trabajo expresaron que había sido una
experiencia transformadora y al poco tiempo Katie comenzó a recibir invitaciones
para enseñar este proceso públicamente.
Desde 1986, Katie ha presentado El Trabajo a millones de personas alrededor del
mundo. Además de eventos públicos, ha presentado su Trabajo en corporaciones, 3
universidades, escuelas, iglesias, prisiones y hospitales. El gozo y el humor de
Katie de inmediato tranquilizan a las personas, y con las revelaciones profundas y
descubrimientos que los participantes experimentan los eventos se convierten
rápidamente en sucesos emocionales (siempre hay pañuelos desechables a mano).
Desde 1998 Katie dirige La Escuela para El Trabajo, un programa de estudios y
ejercicios de nueve días que se ofrece varias veces al año. La Escuela está aprobada
como proveedora de créditos para unidades de educación continuada (programa
en EUA), y muchos psicólogos, consejeros y terapeutas informan haber integrado
El Trabajo como parte importante de sus prácticas. Katie también es la anfitriona
de la Limpieza Mental de Año Nuevo (en inglés): un programa de cuatro días de
indagación continua que tiene lugar al sur de California a finales de diciembre; y
también ofrece en ocasiones talleres de fin de semana. Además existen grabaciones
de audio y video (en inglés) de Katie facilitando El Trabajo sobre una amplia gama
de temas (sexo, dinero, el cuerpo, ser padres) que están a disposición en sus
eventos y en su página Web www.thework.com.
En 2002, Ediciones Urano publicó el primer libro en español de Katie, Amar lo que
es, escrito junto con su marido, el distinguido autor y traductor Stephen Mitchell.
Amar lo que es ya ha sido traducido a 28 idiomas. Estuvo en las listas de los libros
más vendidos en los Estados Unidos. Necesito tu amor— ¿Es verdad? (I Need Your
Love — Is That True?) (aún no publicado en español), escrito junto con Michael
Katz, y Mil nombres para el gozo (editorial La Liebre de Marzo, 2009), escrito con
Stephen Mitchell, también fueron éxitos de librería. Su libro: Cuestiona tus
pensamientos, cambia el mundo (Question Your Thinking, Change the World) (aún no
traducido al español), se publicó en 2007, y el libro más reciente de Katie, ¿Quién
serías sin tu historia? (Who Would You Be Without Your Story?) (aún no traducido al
español), fue publicado en octubre del 2008. Tigre-Tigre, ¿es verdad? (Tiger-Tiger, Is
It True?) (aún no traducido al español), el primer libro de Katie para niños escrito
con Hans Wilhelm, ha sido publicado en 2009.
Bienvenido a El Trabajo.
Lo que es, es
Únicamente sufrimos cuando creemos un pensamiento que no está de acuerdo con
lo que es. Cuando la mente está perfectamente clara, lo que es, es lo que queremos.
Querer que la realidad sea diferente de lo que es, es igual que intentar enseñar a
ladrar a un gato. Puedes intentarlo una y otra vez y al final, el gato te mirará y
volverá a decir: «Miau». Desear que la realidad sea diferente de lo que es, es
desesperante.
Y aun así, si prestas atención, advertirás que tienes pensamientos de este tipo
docenas de veces al día: «La gente debería ser más amable», «Los niños deberían
portarse bien», «Mi mujer (o mi marido) debería estar de acuerdo conmigo», «Yo
debería estar más delgada (o ser más guapa o tener más éxito)». Estos
pensamientos son formas de querer que la realidad sea diferente de lo que es. Si te
parece que esto suena deprimente, estás en lo cierto. Todo el estrés que sentimos se
origina en nuestras discusiones con lo que es.
Las personas aún no familiarizadas con El Trabajo me dicen a menudo: «Pero si
renunciase a mi discusión con la realidad, perdería parte de mi poder. Si
sencillamente acepto la realidad, seré pasiva. Quizás incluso pierda el deseo de
actuar». Yo les contesto con una pregunta: « ¿Puedes saber que eso es verdad con
absoluta certeza?» ¿Qué es más poderoso?: «Ojalá no hubiese perdido mi trabajo»
o «Perdí mi trabajo; ¿qué puedo hacer ahora?».
El Trabajo revela que lo que piensas que no debería haber sucedido, sí debería haber
sucedido. Debería haber sucedido porque así fue y ningún pensamiento en el
mundo puede cambiarlo. Eso no quiere decir que lo justifiques ni que lo apruebes.
Sólo significa que eres capaz de ver las cosas sin resistencia y sin la confusión de tu
lucha interior. Nadie quiere que sus hijos enfermen, nadie quiere ser víctima de un
accidente de coche; pero cuando estas cosas ocurren, ¿de qué forma podría ayudar
discutir mentalmente con ellas? Sabemos que no tiene sentido, y sin embargo, lo
hacemos porque no sabemos cómo dejar de hacerlo.
Soy una amante de lo que es, no porque sea una persona espiritual, sino porque me
duele cuando discuto con la realidad. Podemos saber que la realidad está bien tal
como es porque cuando discutimos con ella sentimos tensión y frustración. No nos
sentimos naturales ni equilibrados. Cuando dejamos de oponernos a la realidad, la
acción se convierte en algo sencillo, fluido, amable y seguro.
Ocúpate de tus propios asuntos
Sólo puedo encontrar tres tipos de asuntos en el universo: los míos, los tuyos y los
de Dios. (Para mí, la palabra Dios significa «realidad». La realidad es Dios porque
rige. Todo lo que escapa a mi control, al tuyo y al de cualquier otra persona es lo
que yo denomino «los asuntos de Dios».)
Buena parte de nuestro estrés proviene de vivir mentalmente fuera de nuestros
propios asuntos. Cuando pienso: «Necesitas encontrar un trabajo, quiero que seas
feliz, deberías ser puntual, necesitas cuidar mejor de ti mismo», me estoy
inmiscuyendo en tus asuntos. Cuando me preocupo por los terremotos, las
inundaciones, la guerra o la fecha de mi muerte, estoy en los asuntos de Dios. Si
mentalmente estoy metida en tus asuntos o en los de Dios, el efecto es la
separación. Fui consciente de esto al principio, en 1986. Cuando, por ejemplo, me
inmiscuía mentalmente en los asuntos de mi madre con pensamientos del tipo: «Mi
madre debería comprenderme», experimentaba de inmediato un sentimiento de
soledad. Y comprendí que siempre que me había sentido herida o sola, había
estado inmiscuida en los asuntos de otra persona.
Si tú estás viviendo tu vida y yo estoy viviendo mentalmente tu vida, ¿quién está
aquí viviendo la mía? Los dos estamos allá. Ocuparme mentalmente de tus asuntos
me impide estar presente en los míos. Me separo de mí misma y me pregunto por
qué razón mi vida no funciona.
Pensar que yo sé lo que es mejor para los demás es estar fuera de mis asuntos.
Incluso en nombre del amor, es pura arrogancia y el resultado es la tensión, la
ansiedad y el miedo. ¿Sé lo que es adecuado para mí? Ese es mi único asunto.
Permíteme trabajar en eso antes de tratar de resolver tus problemas por ti.
Si comprendes los tres tipos de asuntos lo suficiente para ocuparte de los tuyos
propios, esto puede liberar tu vida de una manera que ni siquiera eres capaz de
imaginar. La próxima vez que sientas tensión o incomodidad, pregúntate de quién
son los asuntos de los que te ocupas mentalmente, ¡y quizás estalles en carcajadas!
Esa pregunta puede llevarte de vuelta a ti mismo. Tal vez llegues a descubrir que,
en realidad, nunca has estado presente y que te has pasado toda la vida viviendo
mentalmente en los asuntos de otras personas. Simplemente darte cuenta de que
estás en los asuntos de otro te puede devolver a tu maravilloso ser.
Y si practicas durante un tiempo, quizá descubras que en realidad tú no tienes
ningún asunto y que tu vida funciona perfectamente por sí misma.
Encuéntrate con tus pensamientos con comprensión
Un pensamiento es inofensivo a menos que lo creamos. No son nuestros
pensamientos, sino nuestro apego a ellos, lo que origina nuestro sufrimiento.
Apegarse a un pensamiento significa creer que es verdad sin indagar en él. Una
creencia es un pensamiento al que hemos estado apegados a menudo durante
años.
La mayoría de la gente cree que es lo que sus pensamientos dicen que es. Un día
advertí que no estaba respirando: estaba siendo respirada. Entonces también me di
cuenta, con gran sorpresa, de que no estaba pensando: que, en realidad, estaba
siendo pensada y que el pensar no es personal. ¿Te despiertas por la mañana y te
dices: «Creo que hoy no voy a pensar»? Es demasiado tarde: ¡ya estás pensando! 6
Los pensamientos sencillamente aparecen. Provienen de la nada y vuelven a la
nada, como nubes que se mueven a través del cielo limpio. Están de paso, no han
venido para quedarse. No son perjudiciales hasta que nos apegamos a ellos como
si fueran verdad.
Nadie ha sido capaz, jamás, de controlar su pensamiento, aunque la gente quizá
cuente la historia de cómo lo ha conseguido. Yo no dejo ir mis pensamientos: los
recibo con comprensión. Luego ellos me dejan ir a mí.
Los pensamientos son como la brisa o las hojas de los árboles o las gotas de lluvia
que caen. Aparecen así, y mediante la indagación, podemos entablar amistad con
ellos. ¿Discutirías con una gota de lluvia? Las gotas de lluvia no son personales,
como tampoco lo son los pensamientos. Una vez que has recibido un concepto
doloroso con comprensión, la próxima vez que aparezca quizá te resulte
interesante. Lo que solía ser una pesadilla ahora es sólo algo interesante. La
siguiente vez que aparezca, tal vez te cause risa. Y la siguiente vez, quizá ni
siquiera lo adviertas. Este es el poder de amar lo que es.
Poner la mente en papel
El primer paso de El Trabajo consiste en escribir tus juicios sobre cualquier
situación estresante en tu vida pasada, presente o futura: una persona que te
desagrada, una situación con alguien que te entristece, te enoja o te asusta. (Utiliza
una hoja de papel en blanco; o puedes ir a www.thework.com/espanol a la sección
llamada «El Trabajo» donde encontrarás una Hoja de Trabajo Juzga-a-tu-prójimo
que puedes descargar e imprimir.)
Durante miles de años nos han enseñado a no juzgar; pero, seamos sinceros, de
todos modos lo hacemos todo el tiempo. La verdad es que todos tenemos juicios
ocupando nuestras cabezas. Mediante El Trabajo, por fin tenemos permiso para
expresar esos juicios y hasta «gritarlos» en el papel. Tal vez descubramos que es
posible encontrarse incluso con los pensamientos más desagradables con un amor
incondicional.
Te animo a que escribas sobre alguien a quien no hayas perdonado totalmente.
Este es el lugar más eficaz por dónde empezar. Aun cuando hayas perdonado a esa
persona en un 99 por ciento, no serás libre hasta que tu perdón sea completo. Ese 1
por ciento que no has perdonado es precisamente el lugar en el que te has atascado
con el resto de tus relaciones (incluida la relación contigo mismo).
Si empiezas por dirigir el dedo acusador hacia fuera, entonces el centro de atención
no recaerá sobre ti. Sencillamente te podrás expresar sin censurarte. Con frecuencia
estamos bastante seguros sobre lo que otras personas necesitan hacer, como
deberían vivir y con quién deberían estar. Tenemos una visión 20/20 sobre los
demás pero no sobre nosotros mismos.
Cuando haces El Trabajo, comprendes quién eres a través de ver quién crees que
son los demás. Con el tiempo, llegas a ver que todo lo que está fuera de ti es un
reflejo de tu propio pensamiento. Eres el narrador de la historia, el proyector de
todas las historias y el mundo es la imagen proyectada de tus pensamientos.
Desde el principio de los tiempos, la gente ha intentado cambiar el mundo a fin de
ser feliz. Esto nunca ha funcionado porque aborda el problema al revés. El Trabajo
nos brinda una manera de cambiar el proyector —la mente— en lugar de lo
proyectado. Es como cuando hay una mota de polvo en la lente de un proyector.
Creemos que hay una imperfección en la pantalla e intentamos cambiar la imagen
de esta persona, o la otra persona, o quienquiera que sea sobre quien recaiga la
imperfección. Pero intentar cambiar las imágenes proyectadas constituye un
esfuerzo inútil. Una vez que comprendemos donde está la mota de polvo,
podemos limpiar la lente. Esto es el fin del sufrimiento y el principio de un poco de
dicha en el paraíso.
Cómo escribir una Hoja de Trabajo
Te invito a que juzgues, a que seas duro, infantil, mezquino. Escribe con la
espontaneidad de un niño que está triste, enojado, confundido o asustado. No
intentes ser sensato, espiritual o amable. Este es el momento de ser totalmente
sincero y no censurar tus sentimientos. Permite a tus sentimientos expresarse por sí
mismos sin ningún temor a las consecuencias ni a la posibilidad de castigo.
A continuación, encontrarás un ejemplo de una Hoja de Trabajo Juzga-a-tuprójimo ya completada. He escrito sobre mi segundo marido, Paul, en este ejemplo
(incluido aquí con su permiso). Estos son los tipos de pensamientos que solía tener
sobre él antes de que mi vida cambiase. A medida que leas, te invito a reemplazar
el nombre de Paul por el de alguien en tu vida que se parezca a Paul.
1. ¿Quién te enfada, confunde, entristece o decepciona, y por qué? ¿Qué no te gusta
de esta persona?
Estoy enfadada con Paul porque no me escucha. Estoy enfadada con Paul porque no
me aprecia. No me cae bien Paul porque discute con todo lo que digo.
2. ¿Cómo quieres que esta persona cambie? ¿Qué quieres que haga?
Quiero que Paul me dé toda su atención. Quiero que Paul me ame completamente.
Quiero que Paul esté de acuerdo conmigo. Quiero que Paul haga más ejercicio.
3. ¿Qué es lo que esta persona debería o no debería hacer, ser, pensar o sentir?
¿Qué consejo le darías?
Paul no debería ver tanta televisión. Paul debería dejar de fumar. Paul debería
decirme que me ama. No debería ignorarme.
4. ¿Qué necesita esta persona hacer para que seas feliz?
Necesito que Paul me escuche. Necesito que Paul deje de mentirme. Necesito que Paul
comparta sus sentimientos y esté emocionalmente disponible. Necesito que Paul sea
tierno y amable y paciente.
5. ¿Qué piensas de esta persona? Haz una lista. (Recuerda ser mezquino y duro con
tus juicios.)
Paul es deshonesto. Paul es temerario. Paul es infantil. Piensa que no tiene que
seguir las reglas. Paul no es cariñoso ni está disponible. Paul es irresponsable.
6. ¿Qué es aquello que no quieres volver a experimentar con esta persona?
No quiero nunca más vivir con Paul si no cambia. No quiero volver a discutir
nunca más con él. No quiero que me vuelva a mentir jamás.
Indagación: Las cuatro preguntas y la inversión
1. ¿Es verdad?
2. ¿Puedes saber que es verdad con absoluta certeza?
3. ¿Cómo reaccionas, qué sucede, cuando crees en ese pensamiento?
4. ¿Quién serías sin el pensamiento?
Invierte el pensamiento; luego encuentra tres ejemplos genuinos y específicos que
demuestran cómo esta inversión se manifiesta en tu vida.
Ahora, utilizando las cuatro preguntas, investiguemos una parte de la primera
afirmación del punto 1 del ejemplo: Paul no me escucha. A medida que leas, piensa
en alguien a quien todavía no hayas perdonado del todo.
1. ¿Es verdad? Pregúntate: « ¿Es verdad que Paul no me escucha?». Permanece ahí.
Si realmente quieres saber la verdad, la respuesta saldrá al encuentro de la
pregunta. Permite que la mente haga la pregunta y espera a que emerja la
respuesta.
2. ¿Puedes saber que es verdad con absoluta certeza? Considera las siguientes
preguntas: « ¿Tengo la absoluta certeza de que es verdad que Paul no me escucha?
¿Puedo saber realmente si una persona está escuchando o no? ¿Acaso en ocasiones,
aunque parezca que no estoy escuchando, sí lo estoy haciendo?».
3. ¿Cómo reaccionas, qué sucede, cuando crees en ese pensamiento?
¿Cómo reaccionas cuando crees que Paul no te escucha? ¿Cómo le tratas?
Haz una lista. Por ejemplo: «Le lanzo «la miradita». Le interrumpo. Le castigo no prestándole
atención. Empiezo a hablar más rápido y más fuerte e intento forzarlo a que me
escuche». Continúa haciendo tu lista, y a medida que vayas profundizando en tu
interior, observa cómo te tratas a ti misma en esa situación y cómo se siente eso.
«Me encierro en mí misma. Me aíslo. Como y duermo mucho y me quedo mirando
la televisión durante días. Me siento deprimida y sola.» Date cuenta de todos los
efectos que provoca creerte el pensamiento: Paul no me escucha.
4. ¿Quién serías sin el pensamiento? Ahora considera quien serías sin el
pensamiento: Paul no me escucha. ¿Quién serías si ni siquiera fueras capaz de tener
ese pensamiento? Cierra los ojos e imagina a Paul no escuchándote. Imagina que
no tienes el pensamiento de que Paul no te escucha (ni siquiera el de que debería
escucharte). Tómate el tiempo que necesites. Observa lo que se te revela. ¿Qué es lo
que ves? ¿Cómo se siente eso?
Invierte el pensamiento.
La afirmación original: Paul no me escucha, al invertirse, podría transformarse en:
«Yo no escucho a Paul». ¿Es eso tan o más verdad para ti? ¿En qué momento no
escuchas tú a Paul? ¿Escuchas a Paul cuando estás pensando que él no te escucha?
Encuentra tres ejemplos genuinos de cómo esta inversión es verdad en tu vida.
Otra inversión es: «No me escucho a mí mismo». Una tercera es: «Paul sí me
escucha.» Para cada inversión que descubres, encuentra tres ejemplos genuinos de
como esa inversión es verdad en tu vida.
Tras haber reflexionado sobre estas inversiones, continuarías con una indagación
típica, procediendo con la siguiente afirmación del punto 1 de la Hoja de Trabajo
—Paul no me aprecia— y después harías lo mismo con el resto de las afirmaciones
de esa hoja.
Tu turno: La Hoja de Trabajo
Ahora sabes lo suficiente como para probar El Trabajo. En primer lugar, escribe tus
pensamientos en un papel. Escoge una persona o una situación y escribe utilizando
frases cortas y sencillas. Acuérdate de dirigir el dedo acusador hacia fuera. Puedes
escribir a partir de tu situación actual o desde el punto de vista que tenías a los
cinco o a los veinticinco años. Por favor, no escribas sobre ti mismo todavía.
1. ¿Quién te enfada, confunde, entristece o decepciona, y por qué? ¿Qué no te
gusta de esta persona? (Recuerda: sé duro, infantil y mezquino.) No me gusta
(estoy enfadado con, o entristecido, asustado, confundido, etc., por) (nombre)
porque ________________________________________________
2. ¿Cómo quieres que esta persona cambie? ¿Qué quieres que haga? Quiero que
(nombre) _______________________________________________
3. ¿Qué es lo que esta persona debería o no debería hacer, ser, pensar o sentir?
¿Qué consejo le darías? (Nombre) debería o no debería _______________
4. ¿Qué necesita esta personal hacer para que seas feliz? (Imagínate que es tu
cumpleaños y que puedes pedir absolutamente todo lo que quieras. ¡Adelante!)
Necesito que (nombre) ______________________________________
5. ¿Qué piensas de esta persona? Haz una lista. (No seas racional ni amable.)
(Nombre) es __________________________________________
6. ¿Qué es aquello que no quieres volver a experimentar con esta persona? No
quiero nunca más_______________________________________
Tu turno: la indagación
Una a una, somete cada afirmación de tu Hoja de Trabajo Juzga-a-tu-prójimo a las
cuatro preguntas, y después invierte la afirmación que estás trabajando. (Si
necesitas ayuda, vuelve a consultar el ejemplo en la sección titulada “Cómo escribir
una Hoja de Trabajo”. A lo largo de este proceso, explora el abrirte a otras
posibilidades que están más allá de lo que crees saber. No hay nada más
emocionante que descubrir la mente-que-no-sabe.
Es como sumergirte cada vez más profundamente. Continúa haciendo la pregunta
y espera. Permite que la respuesta te encuentre a ti. Yo lo llamo «el corazón
encontrándose con la mente»: la polaridad más benévola de la mente (que yo
llamo, el corazón) recibe a la polaridad que está confundida porque no ha sido
investigada. Cuando la mente pregunte sinceramente, el corazón responderá.
Quizás empieces a experimentar revelaciones sobre ti y tu mundo capaces de
transformar tu vida entera, para siempre.
Observa la primera afirmación que has escrito en el punto 1 de tu Hoja de Trabajo.
Ahora, hazte las siguientes preguntas:
1. ¿Es verdad?
Para mí, la realidad es lo que es verdad. La verdad es cualquier cosa que está
delante de ti, cualquier cosa que realmente está sucediendo. Te guste o no, ahora
está lloviendo. «No debería estar lloviendo» es simplemente un pensamiento. En
realidad, el «debería» y el «no debería» no existen. Son sólo pensamientos que
imponemos a la realidad. Sin los «debería» y «no debería», podemos ver la
realidad tal como es, y esto nos hace libres para actuar de una manera efectiva,
lúcida y sensata.
Al hacer la primera pregunta, tómate el tiempo que necesites. El Trabajo consiste
en descubrir lo que es verdad en lo más profundo de ti mismo. Ahora estás
escuchando tus respuestas, no las de otras personas ni tampoco cualquier otra cosa
que hayas podido aprender. Esto puede resultar muy perturbador porque estás
entrando en lo desconocido. A medida que continúes sumergiéndote más
profundamente, permite que la verdad que está en tu interior emerja a encontrarse
con la pregunta. Sé amable mientras llevas a cabo tu indagación. Permite que la
experiencia te posea completamente.
2. ¿Puedes saber que es verdad con absoluta certeza?
Si la respuesta a la primera pregunta es sí, pregúntate: «¿Tengo la absoluta certeza
de que es verdad?». En muchos casos, la afirmación sólo parece ser verdad. Claro
que lo parece. Tus conceptos se basan en una vida entera de creencias que no has
investigado.
Tras despertarme a la realidad en el año 1986, me di cuenta muchas veces de como
las personas en conversaciones, medios de comunicación y libros hacían
afirmaciones tales como: «En el mundo no hay suficiente comprensión», «Hay
demasiada violencia», «Deberíamos amarnos más los unos a los otros». Son
historias que yo también solía creer. Parecían ser afirmaciones sensibles, amables y
humanitarias pero cuando las escuchaba, advertía que creerlas me provocaba
estrés y que no se sentían cómodas y en paz dentro de mí.
Por ejemplo, cuando escuchaba la historia: «La gente debería ser más cariñosa»,
surgían en mí las preguntas: « ¿Tengo la absoluta certeza de que es verdad?
¿Puedo realmente saber por mí misma, en mi interior, que la gente debería ser más
cariñosa? Aun cuando el mundo entero me diga que así debería ser, ¿es realmente
verdad?». Y para mi sorpresa, cuando escuché mi voz interior, vi que el mundo es
lo que es, nada más y nada menos. En lo referente a la realidad, no hay ningún «lo
que debería ser». Sólo hay «lo que es», de la manera que es, en este mismo
momento. La verdad es anterior a cualquier historia. Y cualquier historia, antes de
la investigación, nos impide ver lo que es verdad.
Finalmente, podía indagar acerca de cualquier historia potencialmente incómoda:
«¿Puedo saber que es verdad con absoluta certeza?» Y la respuesta, como la
pregunta, constituía una experiencia: No. Podía permanecer firme en esa
respuesta: solitaria, tranquila, libre.
¿Cómo podía «no» ser la respuesta correcta? Toda la gente que conocía y todos los
libros decían que la respuesta debería ser «sí», pero yo llegué a comprender que la
verdad es ella misma y no puede ser dictada por nadie. En presencia de ese «no»
interior, comprendí que el mundo es siempre como debe ser, me opusiese a él o no.
Y llegué a aceptar la realidad con todo mi corazón. Amo el mundo, sin ninguna
condición.
Si tu respuesta continúa siendo «sí», bien. Si piensas que tienes la absoluta certeza
de que eso es verdad, lo adecuado es pasar a la tercera pregunta.
3. ¿Cómo reaccionas, qué sucede, cuando crees en ese pensamiento?
Con esta pregunta empezamos a ser conscientes de la causa y el efecto interiores.
Puedes ver que cuando crees el pensamiento, experimentas una sensación
incómoda, una perturbación cuya intensidad puede variar desde un tenue
malestar hasta el miedo o el pánico.
Después de que las cuatro preguntas me encontrasen, reparaba en pensamientos
como: «La gente debería ser más cariñosa» y observaba que me provocaban un
sentimiento de desasosiego. Observé que antes del pensamiento había paz. Mi
mente estaba callada y serena. Esta es quién soy sin mi historia. Entonces, en la
quietud de la conciencia, empecé a observar los sentimientos que provenían de
creerme o apegarme a ese pensamiento. Y en esa quietud pude ver que si yo
creyera ese pensamiento, el resultado sería un sentimiento de desasosiego y
tristeza. Cuando pregunté: «¿Cómo reacciono cuando tengo ese pensamiento,
cuando creo que la gente debería ser más cariñosa?», comprobé que no sólo
experimentaba una sensación de incomodidad(eso era obvio), sino que también
reaccionaba elaborando imágenes mentales para probar que ese pensamiento era
verdad. Volaba mentalmente hacia un mundo que no existía. Reaccionaba
viviendo en un cuerpo estresado y viéndolo todo a través de ojos llenos de miedo;
era una sonámbula, alguien sumido en una pesadilla interminable. El remedio
consistía sencillamente en investigar.
Adoro la pregunta 3. Una vez que la respondes por ti mismo, una vez que
comprendes la causa y el efecto de un pensamiento, todo tu sufrimiento empieza a
deshacerse.
4 ¿Quién serías sin el pensamiento?
Esta es una pregunta muy poderosa. Imagínate en presencia de la persona sobre la
que has escrito, cuando esa persona está haciendo lo que tú crees que no debería
hacer. Ahora cierra los ojos durante uno o dos minutos, e imagina quién serías si
no fueses capaz de tener ese pensamiento. ¿De qué manera cambiaría tu vida en la
misma situación sin ese pensamiento? Mantén los ojos cerrados y observa a esa
persona sin tu historia. ¿Qué es lo que ves? ¿Cómo te sientes respecto a ella sin tu
historia? ¿Cómo la prefieres: con o sin tu historia? ¿Qué resulta más amable? ¿Qué
resulta más apacible?
Para muchas personas, la vida sin sus historias es literalmente inimaginable.
Carecen de toda referencia. Por esa razón, una respuesta común a esta pregunta es:
«No lo sé». Otras personas responden diciendo: «Sería libre», «Tendría paz» o
«Sería una persona más cariñosa». Uno también podría decir: «Estaría
suficientemente lúcido para comprender la situación y actuar con eficacia». Sin
nuestras historias no sólo somos capaces de actuar con eficacia y sin miedo, sino
que también nos convertimos en un amigo, en alguien que sabe escuchar. Somos
personas viviendo una vida feliz. La apreciación y la gratitud se han convertido
para nosotros en algo tan natural como respirar. La felicidad es el estado natural de
alguien que sabe que no hay nada que saber y que ya tenemos todo lo que
necesitamos aquí mismo, ahora.
Invierte el pensamiento
Para hacer la inversión, escribe de nuevo tu afirmación. En primer lugar, escríbela
como si se hubiese escrito sobre ti. Donde has puesto el nombre de la persona, pon
el tuyo. En lugar de «él» o «ella», pon «yo». Por ejemplo: «Paul no me aprecia» se
convierte en: «Yo no aprecio a Paul» y «Yo no me aprecio». Otra forma de
inversión es la de 180 grados al extremo opuesto: «Paul sí me aprecia». Para cada
inversión, encuentra tres ejemplos genuinos y específicos de cómo esa inversión es
verdad en tu vida. No se trata de responsabilizarte a ti mismo o de sentirte
culpable. Se trata de descubrir alternativas que pueden traerte paz.
La inversión es una parte muy poderosa de El Trabajo. Mientras pienses que la
causa de tu problema está «allá fuera» —mientras pienses que cualquier persona o
cualquier cosa es la responsable de tu sufrimiento— la situación es desesperante.
Significa que estás para siempre en el papel de víctima, que estás sufriendo en el
paraíso. Por lo tanto trae la verdad a casa contigo y comienza a liberarte. La
indagación combinada con la inversión es el camino más rápido hacia la
autorrealización.
La inversión para el punto 6
La inversión para la afirmación número 6 de la Hoja de Trabajo Juzga-a-tu-prójimo
es un poco diferente a las demás. Sustituimos «No quiero... nunca más.» por
«Estoy dispuesto a…» y «Espero con ilusión...». Por ejemplo, «No quiero discutir
nunca más con Paul», al invertirse queda así: «Estoy dispuesta a discutir con Paul
de nuevo» y «Espero con ilusión discutir con Paul de nuevo».
Esta inversión tiene que ver con aceptar todo en la vida. Decir —y que sea de
verdad—: «Estoy dispuesto a...», genera apertura, creatividad y flexibilidad.
Cualquier resistencia que puedas tener se suaviza y esto te permite aligerarte, en
lugar de mantenerte aplicando desesperadamente la voluntad o la fuerza, para
erradicar la situación de tu vida. Decir —y que sea de verdad—: «Espero con
ilusión...» es una manera de abrirte activamente a la vida en su fluir.
Es bueno reconocer que los mismos sentimientos o la misma situación pueden
suceder de nuevo, aunque sólo sea en tus pensamientos. Cuando comprendes que
el sufrimiento y el malestar son el aviso para iniciar la indagación, probablemente
empieces a esperar con ilusión los sentimientos incómodos. Posiblemente llegues a
considerarlos amigos que vienen a mostrarte lo que aún no has investigado a
fondo. Ya no es necesario esperar a que la gente o las situaciones cambien a fin de
experimentar la paz y la armonía. El Trabajo es el camino más directo para tener tu
propia felicidad.
Preguntas y respuestas
P. Me cuesta trabajo escribir acerca de otros. ¿Puedo escribir acerca de mí mismo?
R. Si quieres conocerte, sugiero que escribas acerca de otra persona. Enfoca El
Trabajo hacia fuera al principio, y quizá llegues a ver que todo lo de allá fuera es
un reflejo directo de tu propio pensamiento. Todo se trata de ti. La mayoría de
nosotros hemos estado criticándonos y juzgándonos a nosotros mismos durante
años y no hemos solucionado nada con ello. Juzgar a otra persona, hacer las
preguntas e invertir el juicio es el camino más corto a la comprensión y la
autorrealización.
P: ¿Cómo puedes decir que la realidad es buena? ¿Qué hay de la guerra, las violaciones, la
pobreza, la violencia y el abuso a los niños? ¿Los disculpas?
R: ¿Cómo podría disculparlos? Sencillamente me doy cuenta de que si creo que
ellos no deberían existir, cuando la realidad es que ellos existen, yo sufro. ¿Puedo
poner fin a mi propia guerra interior? ¿Puedo dejar de violarme a mí misma y a
otros con mis pensamientos y acciones abusivos? Si no puedo, estoy continuando
en mi interior precisamente aquello que quiero que acabe en el mundo. Comienzo
poniendo fin a mi propio sufrimiento, mi propia guerra. Este es el trabajo de toda
una vida.
P: Entonces, lo que dices es que debo aceptar la realidad tal como es y no discutir con ésta.
¿Es así?
R: El Trabajo no dice lo que alguien debe o no debe hacer. Sencillamente
preguntamos: «¿Cuál es el efecto en tu vida de discutir con la realidad? ¿Cómo se
siente?» Este Trabajo explora la causa y el efecto de apegarse a pensamientos
dolorosos y mediante esa investigación encontramos nuestra libertad.
Simplemente decir que no debemos discutir con la realidad sólo agrega otra
«historia», otra filosofía o religión. Eso nunca ha funcionado.
P: Amar lo que es me suena a nunca desear nada. ¿No es más interesante desear cosas?
R: Mi experiencia es que yo siempre deseo algo: Lo que deseo es lo que es. ¡No sólo
es interesante, sino que es extasiante! Cuando quiero lo que tengo, no hay
separación entre pensamiento y acción; se mueven al unísono, sin conflictos.
Siempre que experimentes alguna carencia, escribe tu pensamiento e indaga. Yo
encuentro que la vida nunca se queda corta y no requiere de un futuro. Todo lo
que necesito se me proporciona siempre y no tengo que hacer nada para
conseguirlo. No hay nada más excitante que amar lo que es.17
P: Supón que no tengo un problema con las personas. ¿Puedo escribir acerca de cosas tales
como mi cuerpo?
R: Sí. Haz El Trabajo con cualquier tema que te resulta estresante. A medida que te
familiarices con las cuatro preguntas y la inversión, puedes escoger temas como el
cuerpo, la enfermedad, la profesión o incluso Dios. Luego, experimenta usando la
frase «mis pensamientos» en vez del sujeto cuando hagas las inversiones.
Ejemplo: «Mi cuerpo debería ser fuerte y saludable» se convierte en: «Mis
pensamientos deberían ser fuertes y saludables.»
¿No es eso lo que verdaderamente quieres: Una mente balanceada y saludable?
¿Alguna vez el cuerpo enfermo ha sido el problema? O ¿son tus pensamientos
acerca del cuerpo los que causan el problema? Investiga. Deja que el médico se
ocupe de tu cuerpo, mientras tú te ocupas de tus pensamientos. Tengo un amigo
que no puede mover su cuerpo y ama la vida. La libertad no requiere de un cuerpo
sano. Libera tu mente.
P: ¿Cómo puedo aprender a perdonar a alguien que me hizo mucho daño?
R: Juzga a tu enemigo, escríbelo, haz cuatro preguntas e inviértelo. Comprueba por
ti mismo que el perdón significa descubrir que lo que creíste que había sucedido
no sucedió. Hasta que no veas que no hay nada que perdonar, realmente no has
perdonado. Nadie ha dañado nunca a nadie. Nadie ha hecho nunca nada terrible.
No hay nada terrible salvo tus pensamientos no investigados sobre lo que ocurrió.
Por lo tanto, en cualquier momento en el que estés sufriendo: indaga, examina los
pensamientos que estás pensando y libérate. Sé un niño. Empieza por la mente que
no sabe nada. Deja que esa ignorancia te lleve hasta la libertad.
P: ¿Es la indagación un proceso de pensamiento? Y si no, ¿qué es?
R: La indagación parece ser un proceso de pensamiento, pero, en realidad, es un
medio para deshacer pensamientos. Los pensamientos pierden su poder sobre
nosotros cuando comprendemos que simplemente aparecen en la mente. No son
personales. Mediante El Trabajo, en vez de evadir o reprimir los pensamientos,
aprendemos a recibirlos con los brazos abiertos.
«Katie-ismos»
Cuando discutes con la realidad pierdes, pero sólo el 100% de las veces.
Las personalidades no aman, quieren algo.
Si yo tuviera una oración ésta sería:
«Dios, libérame del deseo de amor,
aprobación o aprecio. Amén.»
No pretendas estar más allá de tu propia evolución.
Una mente sin cuestionar es el único sufrimiento.
O crees lo que piensas o lo cuestionas. No hay otra opción.
Nadie puede lastimarme; ese es mi trabajo.
Lo peor que ha sucedido jamás es un pensamiento no cuestionado.
La mente sana no sufre, nunca.
Si yo pienso que tú eres mi problema, yo estoy loca.
Yo no dejo ir mis conceptos, los cuestiono y luego ellos me dejan ir a mí.
Te alejas totalmente de la realidad
cuando crees que existe una razón legítima por la cual sufrir.
La realidad es siempre más amable que la historia que contamos sobre ella.
Tengo muy claro que todo el mundo me ama.
Simplemente no espero que ellos se den cuenta aún.
No existen problemas físicos, sólo mentales.
La realidad es Dios porque rige.
Cuando mi mente está perfectamente clara, lo que es, es lo que quiero.
Discutir con la realidad es como intentar enseñar a un gato a ladrar: imposible.
¿Cómo sé que no necesito lo que quiero? No lo tengo.
El perdón es darte cuenta de que lo que creías que había sucedido, no sucedió.
Todo sucede para mí, no a mí.
La gratitud es lo que somos cuando ya no tenemos ninguna historia.
El Trabajo en Internet
Katie y El Trabajo siempre están accesibles en www.thework.com y
www.thework.com/espanol. Al entrar al sitio web, podrás ver los videoclips (en
inglés) de Katie haciendo El Trabajo, revisar el calendario de eventos de Katie,22
registrarte para la siguiente Escuela para El Trabajo de nueve días, encontrar
instrucciones para llamar a “Voluntarios en Línea para Hacer El Trabajo”, aprender
acerca de Instituto para El Trabajo, descargar las Hojas de Trabajo y escuchar
entrevistas radiofónicas archivadas (en inglés), suscribirte al boletín informativo
(en inglés) de BKI y realizar compras en la tienda en línea. Un abundante acervo de
información y recursos acerca de Katie y El Trabajo está disponible en
www.thework.com y www.thework.com/espanol.
Las cuatro preguntas
Abajo aparecen las cuatro preguntas de nuevo. Algunas personas las imprimen en
una tarjeta y las tienen siempre a la mano.
1. ¿Es verdad?
2. ¿Puedes saber que es verdad con absoluta certeza?
3. ¿Cómo reaccionas, qué sucede, cuando crees en ese pensamiento?
4. ¿Quién serías sin el pensamiento?
Invierte el pensamiento; luego encuentra tres ejemplos genuinos y específicos de
cómo eso es verdad en tu vida.
Si quieres comenzar con El Trabajo de inmediato, ve a www.thework.com/espanol
y selecciona “Voluntarios en Línea para Hacer El Trabajo.” Facilitadores voluntarios
están disponibles para atender sin cargo alguno a las personas que llamen. La
Línea de Asistencia está atendida por facilitadores que han completado la Escuela
para El Trabajo y que han sido aprobadas por Byron Katie para dar servicio en
dicha línea (a veces es posible encontrar facilitadores que hablan español).
Toda contribución a la Fundación El Trabajo será sinceramente agradecida. Gracias
a tu donación, otros tendrán la oportunidad de aprender cómo hacer este trabajo
transformador. Puedes hacer una aportación económica por correo a The Work
Foundation, P.O. Box 20310, Santa Barbara, CA 93120 o en nuestro sitio web,
www.thework.com.
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«El Trabajo de Byron Katie es una gran bendición para nuestro planeta.
La causa raíz del sufrimiento es que nos identificamos con nuestros pensamientos,
las «historias» que continuamente dan vueltas en nuestras mentes. El Trabajo actúa
como una espada afilada que rasga esa ilusión y te permite conocer por ti mismo la
esencia infinita de tu ser. Amar lo que es te proporciona la llave. Utilízala.»
Eckhart Tolle, autor de "El poder del ahora".
P.O. Box 1206, Ojai, CA 930
Enlace a la Fuente: www.thework.com