Hoy a las 18.40 (13:48 en Chile) se produce la Luna Llena a 19° de Virgo, mientras que el Sol opuesto en Piscis se encuentra unido a Neptuno. El eje Virgo Piscis representa la evolución de la conciencia humana en la búsqueda de un equilibrio entre el lado terreno, lógico y eficiente y el sentido de misticismo y necesidad de hacer espacio en la vida al contacto con la profundidad del Espíritu. Virgo es notoriamente un signo que se pone al servicio, se ofrece a sí mismo para hacer que el orden divino se manifieste en la Tierra. Piscis contiene y emana una frecuencia de pura paz y aceptación, una invitación a dejar que sea.
Porque en este momento, en el exterior, todo llama a la separación y al temor, al juicio y a la obstrucción, el Plenilunio ilumina la capacidad de acoger en sí todo lo opuesto y contrario, integrando dentro del cuerpo físico información que hasta ahora había sido difícil de percibir. El cuerpo es un gran recipiente alquímico donde se mezclan las frecuencias celestiales y las terrestres, además de las del colectivo y las individuales. Somos el fruto de esta mezcla.
La conciencia que se ilumina ahora es mirar con el justo sentido crítico la realidad exterior, estar en nuestro cuerpo y mantener una posición a pesar de todo, de no dejarnos llevar por la presencia del gigante egregor de miedo que nos envuelve.
Este Plenilunio es una invitación a encontrar un equilibrio entre las dos naturalezas humanas: terrenal y celestial, y no juzgar la parte racional como ego, sino descubriendo sus cualidades activas y necesarias, uniéndose al alma y encontrando la mezcla correcta entre los dos opuestos. Está creciendo el sentimiento de separación para que cada uno elija unirse dentro de sí con sus opuestos.
Son días para observarnos, mirarnos, ver cómo nos sentimos cuando estamos en pánico, mientras la ola ataca el cuerpo, cuáles son los pensamientos y las imágenes. Momentos de ver lo que hay más allá. Porque más allá siempre hay algo que nos espera. Más allá de la niebla, más allá del temblor del vientre, está la fuerza atávica escondida bajo las diferentes capas de vida, y podemos abrazarla, a pesar de todo.
Porque en este momento, en el exterior, todo llama a la separación y al temor, al juicio y a la obstrucción, el Plenilunio ilumina la capacidad de acoger en sí todo lo opuesto y contrario, integrando dentro del cuerpo físico información que hasta ahora había sido difícil de percibir. El cuerpo es un gran recipiente alquímico donde se mezclan las frecuencias celestiales y las terrestres, además de las del colectivo y las individuales. Somos el fruto de esta mezcla.
La conciencia que se ilumina ahora es mirar con el justo sentido crítico la realidad exterior, estar en nuestro cuerpo y mantener una posición a pesar de todo, de no dejarnos llevar por la presencia del gigante egregor de miedo que nos envuelve.
Este Plenilunio es una invitación a encontrar un equilibrio entre las dos naturalezas humanas: terrenal y celestial, y no juzgar la parte racional como ego, sino descubriendo sus cualidades activas y necesarias, uniéndose al alma y encontrando la mezcla correcta entre los dos opuestos. Está creciendo el sentimiento de separación para que cada uno elija unirse dentro de sí con sus opuestos.
Son días para observarnos, mirarnos, ver cómo nos sentimos cuando estamos en pánico, mientras la ola ataca el cuerpo, cuáles son los pensamientos y las imágenes. Momentos de ver lo que hay más allá. Porque más allá siempre hay algo que nos espera. Más allá de la niebla, más allá del temblor del vientre, está la fuerza atávica escondida bajo las diferentes capas de vida, y podemos abrazarla, a pesar de todo.
Ale Arriagada.
Escritora, Periodista y Astróloga.
Carta natal - Revolución Solar - Sinastría
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Imagen de www.vix.com