Todo hemos sentido alguna vez esa sensación de “me rechazan”. El rechazo es una sensación de no sentirse aprobado, aceptado o querido por los demás, incluso, el rechazo puede ser también la indiferencia que sentimos de los demás. A lo largo de la vida todos sentimos el rechazo, la indiferencia o desaprobación no sólo de las personas que queremos sino también de personas que ni conocemos. ¿A qué se debe el rechazo? ¿Por qué las personas no nos toman en cuenta o son indiferentes con nosotros?.
Rechazo.
Cuando una persona nos rechaza o se porta indiferente, grosera o “mal” con nosotros, podemos sentir:
CULPA: por no haber podido ser lo que los otros esperan de nosotros.
ENOJO: por que esperábamos recibir un trato más digno y amoroso, o sentimos que nos faltan al respeto.
TRISTEZA: por que por más que hacemos, las personas parece no valoran nuestro esfuerzo o atenciones con ellas.
CULPA: por no haber podido ser lo que los otros esperan de nosotros.
ENOJO: por que esperábamos recibir un trato más digno y amoroso, o sentimos que nos faltan al respeto.
TRISTEZA: por que por más que hacemos, las personas parece no valoran nuestro esfuerzo o atenciones con ellas.
Rechazo y Dolor.
Lo primero que sentimos cuando alguien nos rechaza es dolor o un “golpe” en el corazón que nos dispara el enojo o más rechazo hacia el rechazo que recibimos, es decir, no queremos eso y lo desaprobamos con fuerza. Este dolor de alguna forma hace que toda nuestra atención se concentré en el momento, la persona y la acción del rechazo y empecemos a pensar y decir o hacer cantidad de cosas. Podemos decir que entre más nos importa la aceptación ajena, mas es el dolor que sentimos.
¿Por qué nos importa tanto lo que piensen o digan los demás de nosotros?
Podría no importarnos lo que nos hagan los demás y fingir como muchos hacen, que actúan como si no les doliera el rechazo y procuran no hacerle caso y distraerse con otras cosas. O esperar a que se pase esta sensación. Pero si no entendemos la raíz del rechazo y el enojo que genera, entonces, cuando volvamos a sentir rechazo, volveremos a caer en la misma reacción dolorosa emocionalmente.
Observa que es lo que verdaderamente te enoja.
Si observas tu enojo o tristeza cuando sientes rechazo, ya sea de un hijo, de un familiar, de un desconocido, etc., verás que en el fondo lo que más necesitas es ser aprobado. En el fondo, te importa mucho la aceptación ajena, o tienes ideas y creencias de ti mismo y de los demás que no te favorecen.
Creencias que te limitan.
Por ejemplo: puedes estar pensando que el respeto viene de los demás cuando no es así. Puedes tener la creencia de que las personas deben ser esto y lo otro, o darte esto y aquello, y no es así. Realmente, toda persona es libre de hacer, pensar y decir lo que mejor le place. Tu no tienes porque esperar a que alguien sea de alguna forma, porque eso se llama control. Tu puedes esperar de ti y de tus acciones, pero no esperar algo de los demás.
Mi hijo me rechaza.
Por ejemplo: Ana, mamá de dos niños muy rebeldes, se sentía constantemente desaprobada y rechazada por ellos. Conforme los niños crecían, más fuerte era la desaprobación y rechazo para con ella. Un día, Ana notó que tenía creencias acerca de como debían ser los hijos, de cómo debían comportarse, así la habían educado a ella, y se había mostrado muy autoritaria y controladora con ellos, para que fueran lo que ella creía debían ser los hijos.
Un día a Ana le dijo alguien que lo principal para la educación de los niños era, primero que nada "aceptarlos como son", y luego, conciliar con ellos una serie de arreglos para que no rompieran nunca su capacidad de pensar por si mismos, de decidir y crear la vida que ellos quieran elegir. Ana entendía que su misión no era crear niños de un modo, sino acompañarlos en su crecimiento ayudándoles a pensar por si mismos, a ser creativos y a tomar decisiones por ellos, no por lo que los demás piensen.
Mi pareja me rechaza.
Por otro lado, Enrique era un hombre que constantemente se sentía rechazado y desaprobado por su pareja. Hacía todo para que ella estuviera muy bien siempre, incluso se callaba cosas para no molestarla y trataba de complacerla en todo. Pero ella seguía rechazándolo y desaprobándolo, al menos eso sentía él. Un día, Enrique fue con un amigo y este le dijo que él estaba tan preocupado por hacer feliz a su novia que entonces ella le había perdido todo respeto y dignidad, por que el mismo se la había perdido a si mismo negando lo que era, lo que sentía y realmente pensaba a cambio de complacerla a ella. Así que su propio rechazo atraía el rechazo de su novia, quien buscaba en un hombre no que fuera lo que ella quería, sino un compañero que le compartiera su verdadero Yo, con el cual ella pudiera también crecer.
Los demás me rechazan y son indiferentes conmigo.
Julio, un joven que tocaba música, se sentía constantemente rechazado y desaprobado por amigos y personas incluso que no conocía. No se hallaba en ningún lado. Un día que se sentía pésimo por no conseguir ese carisma que buscaba tanto, notó que siempre en competencia de los demás, no se sentía tan hábil como ellos y el mismo no se quería, se desaprobaba, no le gustaba su cuerpo ni muchas cosas de si mismos, y entendió que su propio rechazo e indiferencia consigo mismo eran la causa por la que necesitaba tanto la aprobación de los demás, porque el mismo no se la estaba dando.
Darte a ti.
Así que para curar el rechazo, lo primero que debemos hacer es trabajar con el propio rechazo hacia uno mismo, y con las creencias viejas que dicen que necesitamos de la aprobación de los demás para sentirnos bien. Es importante que si te sientes constantemente rechazado te preguntes cada día… ¿Dónde estoy controlando demasiado a los demás?, ¿Donde quiero que las cosas y las personas sean de una forma determinada y no los acepto?, ¿Que parte de mi rechazo y no me gusta?, ¿Cuantas veces al día me digo algo bello y me animo a seguir mis sueños?.
Recuerda que trabajar contigo es al clave esencial para lograr relaciones grandiosas y una vida plena y realizada. No pierdas la brújula de tu vida. Nadie puede hacerte feliz realmente, ni aceptarte o quererte realmente si no empiezas por hacerte feliz tu y te aceptas y amas así como eres, dándote siempre la oportunidad de cambiar hacia las cosas que realmente deseas ser y amas realizar. Obsérvate diariamente y te sugiero practiques este ejercicio.
Imagen de www.guiainfantil.com
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"Madre Interna: Nutrición y Amor incondicional a Mi Misma/o"
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"Madre Ausente"
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