El siguiente método esencial de esta Escuela es acordarse de la propia muerte.
Hoy en día la mayoría de las personas está acostumbrada a ahuyentar los pensamientos relacionados con su muerte, e incluso cuando se encuentran con el hecho del fallecimiento de otros, por ningún motivo quieren imaginar estar en su lugar. Se esfuerzan por convencerse de que todavía les queda mucho tiempo por delante.
Pero si cada uno de nosotros se pregunta ahora: «¿Cuándo moriré yo?», la respuesta será una fecha muy lejana, aunque todos sabemos que las personas mueren a cualquier edad.
Don Juan, en cambio, propone imaginar que la muerte personificada está siempre al lado de cada uno de nosotros y que si uno mira atrás rápidamente sobre el hombro izquierdo, puede verla como una sombra que surge. «Por el momento, la muerte está sentada a tu lado en la misma estera, esperando un error tuyo», le dijo una vez a Castaneda. Y nadie sabe el momento en el que va a morir; por ende, no debemos tener ningún asunto inacabado en nuestras vidas.
Lo siguiente es lo que Don Juan dijo sobre la muerte:
«¿Cómo uno puede sentirse tan importante sabiendo que la muerte nos está acechando?
»Cuando estés impaciente, lo que debes hacer es (…) pedir consejo a tu muerte. ¡Una inmensa cantidad de naderías desaparece con tal de que tu muerte te haga una señal o con tal de que alcances a ver su destello o con tal de que simplemente tengas la sensación de que tu compañera está allí, vigilándote!
»¡La muerte es nuestra consejera sabia! (…) ¡Tienes que pedir consejo a tu muerte y dejar la maldita mezquindad de las personas que llevan sus vidas como si la muerte nunca las fuera a tocar!
»¡Si no te acuerdas de tu muerte, tu vida entera no será sino un caos personal!
»(El guerrero) sabe que la muerte le está apurando y que no le va a dar tiempo para apegarse a algo (…). Y así, con la conciencia de su muerte (…) y con el poder de sus decisiones, el guerrero traza su vida de una forma estratégica; (…) y lo que escoge es siempre estratégicamente lo mejor. De esta manera cumple todo con gusto y con eficacia lujuriosa.
»La vida para un guerrero es un ejercicio de estrategia.
»Si no se tiene en cuenta a la muerte, todo es ordinario, trivial. Sólo porque la muerte nos sigue acechando el mundo es un misterio sin principio ni fin.
»Te queda muy poco tiempo, y ninguno para idioteces. ¡Espléndido estado! Yo diría que lo mejor de nosotros siempre sale a flote cuando estamos contra la pared, cuando sentimos que la espada se cierne sobre la cabeza. En lo personal, yo prefiero este estado y no viviría de ningún otro modo».
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Imagen de ubuntulife.wordpress.com
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