Uno de los escenarios más recurrentes en
mi infancia era subir las escaleras para encontrar a mi mamá tejiendo
en un sillón a mitad de la tarde. Pertenezco a una familia
tradicionalista mexicana y mis tías también pasaban largas horas en el
rancho conversando, todas, entre un café y un tejido.
Luego de rechazar por años esta
costumbre, que me parecía algo sexista por mi contexto, a los 22 años
sucumbí y comencé a tejer. Encontré que al tejer uno “piensa y no
piensa”; así, es como un vaivén mental delicioso al ritmo de las manos,
en el que uno “está y no”. De algún modo, el tejedor olvida al individuo
(que no es) y entonces se encuentra en un ritmo placentero que
trasciende a la persona.
Los beneficios son la relajación,
contemplación y simplicidad. Uno encuentra que las cosas muy pequeñas
son grandes potenciales de satisfacción.
Los beneficios de tejer según la neurociencia.
El movimiento repetitivo de tejer,
en mancuerna con el sentimiento de crear algo, hace que el cuerpo
genere dopamina (el neurotransmisor de la recompensa), endorfinas (que
producen una sensación de bienestar, liberadas también durante el
ejercicio) y serotonina (asociada con el buen humor). Los beneficios de
tejer se han vinculado a los de la meditación.
Uno de los estudios más famosos
respecto a tejer es el del terapeuta británico Betsan Corkhill. Éste
aplicó una encuesta entre más de 3 mil tejedores y encontró que, además
de que la mayoría reportó sentirse más contento luego de tejer, los que
lo hacían hasta tres veces por semana estaban más felices, calmados y
desestresados.
Tejer también ayuda a la regeneración
neuronal, parecido a los efectos de los conocidos “juegos mentales” como
los crucigramas, a su vez ligados a la memoria y el mejor
funcionamiento congnitivo. Es un antidepresivo
porque contribuye a que las personas estén más atentas al momento
presente, y ello ocurre de una manera muy discreta... En mi experiencia
no pasa que "dejes de pensar", más bien sucede que los pensamientos son
como una voz desapegada y lejana; como un juego, como cuando éramos
niños.
Twitter del autor: @AnaPauladelaTD
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