jueves, 6 de septiembre de 2012

"El Agua Escucha, Habla, Sana".



El agua, en su lenguaje de cristales, indica que es sensible y que recoge toda la información que la rodea. Masaru Emoto, investigador japonés, nos presenta sus maravillosas fotos y nos deja de tarea reflexionar sobre su pontencial.

En 1994, Masaru Emoto tomó unas muestras de agua de una fuente de agua pura en Japón, congeló unas pocas gotas y las examinó bajo un microscopio electrónico y las fotografió. Las fotos mostraron hermosos hexágonos cristalinos parecidos a copos de nieve. Luego, tomó agua de un río contaminado, siguió el mismo proceso y vio que la imagen era una forma desestructurada.
 
Con estos experimentos, Emoto plantea que el agua no sólo recoge información sino que también es sensible a los sentimientos y a la consciencia que la rodean. Esa información se hace maravillosamente visible al cristalizarse el agua.
 
En realidad, Emoto le pone un toque científico a una intuición más bien ancestral: persignarse con el agua bendita, bendecir la mesa, poner las manos sobres los enfermos... Creemos que la conciencia lo impregna todo y que hay sustancias, como el agua, extremadamente sensible a las vibraciones, los sentimientos y los pensamientos, que captan y reproducen esa información.
 
Entonces, ¿el agua puede ser un elemento sanador?, ¿qué pasa si tomamos agua viva, regenerada, dinamizada a diario?
Emoto dice “que la más poderosa combinación de pensamientos en términos de capacidad de transformación y de sanación son amor y gratitud, ya que al emitir estas palabras los cristales que aparecen son hermosos y armónicos”.  Desde este punto de vista las oraciones y las meditaciones podrían llegar a curar. Recordemos que más del 80% del cuerpo es agua.
 
Asimismo, esta cualidad es la que utilizan las flores de Bach, pues el agua transmite el patrón vibracional de la flor para ser incorporada al cuerpo energético humano.
 
Algunas conclusiones del libro Mensajes del agua:
• El agua pura de montaña forma bellas estructuras en contraste con los cristales deformados de las muestras de agua contaminada o estancada.
• Las moléculas de agua expuestas a música clásica toman formas delicadas y simétricas muy similares a las que adoptan ante el sonido de la palabra gracias.
• Cuando las muestras de agua fueron sonorizadas con música heavy metal, expuestas a palabras o pensamientos negativos, se crearon estructuras caóticas y fragmentadas.
• Cuando el agua fue tratada con aceites florales aromáticos los cristales tendieron a imitar la forma de la flor original.
 Lo que parece demostrar que el agua ha captado la información de la flor.
Posted by: Paulina Arce  
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