Deseamos la paz. No hay nadie que no desee la paz.
Pero hay una parte de nosotros que también
desea el drama, el conflicto. Es probable que usted no lo sienta en este
momento. Quizás deba esperar a que se produzca una situación o quizás sólo un
pensamiento que desencadene una reacción: alguien que lo acuse de esto o
aquello, que no reconozca lo que hace, que invada su territorio, que cuestione
su forma de proceder, una discusión sobre dinero... ¿Siente la oleada intensa
de fuerza que lo estremece, el miedo, disfrazado quizá de ira u hostilidad?
¿Puede oír el tono estridente, más fuerte o más bajo de su voz? ¿Puede tomar
conciencia de cómo se acelera su mente para defender su posición, justificar,
atacar y culpar? En otras palabras, ¿puede despertar en ese momento de
inconciencia? ¿Puede sentir que hay algo dentro de usted que está en pie de
guerra, algo que se siente amenazado y desea sobrevivir a toda costa, que precisa
del drama para afirmar su identidad como el personaje victorioso de esa
producción teatral? ¿Siente que hay algo dentro de usted que prefiere tener la
razón en lugar de estar en paz?.
Más Allá del Ego: La Verdadera Identidad.
Cuando el ego está en guerra, no
es más que una ilusión que lucha por sobrevivir, la ilusión cree ser nosotros.
Al principio no es fácil estar
ahí en calidad de la Presencia que observa,
especialmente cuando el ego está empeñado en sobrevivir o cuando se ha activado
algún patrón emocional del pasado. Sin embargo, una vez que hemos experimentado
el poder de la Presencia ,
éste aumentará y el ego perderá su control sobre nosotros. Es así como entra en
nuestra vida un poder mucho más grande que el ego, más grande que la mente. Lo
único que debemos hacer para liberarnos del ego es tomar conciencia de él,
puesto que la conciencia y el ego son incompatibles. La conciencia es el poder
oculto en el momento presente; es por eso que la llamamos también Presencia.
La finalidad última de la existencia humana, es decir, nuestro propósito, es
traer ese poder al mundo. Esta también es la razón por la cual no podemos
convertir la liberación del ego en un objetivo alcanzable en un futuro.
Solamente la Presencia
puede liberarnos del ego y solamente podemos estar
presentes Ahora, no ayer ni mañana. Solamente
la Presencia
puede deshacer el pasado que llevamos sobre los hombros y transformar nuestro
estado de conciencia.
¿Qué es la realización
espiritual? ¿La creencia de que somos espíritu?
No, ése es un pensamiento.
Aunque se acerca un poco más a la verdad que el pensamiento según el cual creemos que somos esa persona que aparece en el registro de nacimiento, sigue siendo un pensamiento. La realización espiritual consiste en ver claramente que no somos lo que percibimos, experimentamos, pensamos o sentimos; que no podemos encontrarnos en todas esas cosas que vienen y se van continuamente. Buda fue quizás el primer ser humano en ver esto claramente, de tal manera que anata (la ausencia del yo) se convirtió en uno de los puntos centrales de su enseñanza. Y cuando Jesús dijo, "niégate a ti mismo", lo que quiso decir fue "niega (y, por tanto, deshace) la ilusión del yo". Si el yo, el ego, fuera verdaderamente lo que soy, sería absurdo "negarlo".
Lo que queda es la luz de la
conciencia en la cual van y vienen las percepciones, las experiencias, los
pensamientos y los sentimientos. Ese es el Ser, el verdadero Yo interior.
Cuando me reconozco como tal, lo que sucede con mi vida deja de ser absoluto y
pasa a ser relativo. Aunque le rindo tributo, pierde su seriedad absoluta, su
peso. Lo único que finalmente importa es esto: ¿Puedo sentir mi Ser esencial,
el Yo Soy, como telón de fondo en todo momento de mi vida? Para ser más
exactos, ¿puedo sentir el Yo Soy que Soy en este momento? ¿Puedo sentir mi
identidad esencial como conciencia? ¿O me dejo arrastrar por los sucesos, perdiéndome
en el laberinto de la mente y el mundo?.
Eckhart Tolle en "Una Nueva Tierra".
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