miércoles, 25 de marzo de 2015

"Ámate a Ti Mismo".


Comenzaremos con uno de los más profundos Sutras de Gautama Buda:
"Ámate a ti Mismo".

Todo lo contrario es lo que ha sido enseñado por todas las tradiciones del mundo, 
todas las civilizaciones, todas las culturas, todas las iglesias. Ellos dicen:
 "Ama a los demás, no te ames a ti mismo". 
Y hay una cierta estrategia tramposa detrás de esta enseñanza.

El amor es el nutriente del alma. Así como la comida es para el cuerpo, 
el amor es para el alma. 
Sin comida el cuerpo se debilita, sin amor el alma se debilita. 
Y ningún estado, ninguna iglesia, ninguna institución, ha querido que la gente
 tenga almas fuertes, porque una persona con una fuerte energía espiritual 
está destinada a ser rebelde.

El amor te hace rebelde, revolucionario. El amor te da alas para volar alto. 
El amor te da una idea de las cosas, de modo que nadie puede engañarte, 
explotarte, u oprimirte. 
Los sacerdotes y políticos sobreviven sólo a través de tu sangre 
- sólo en la explotación. Todos los sacerdotes y políticos son parásitos.
Para hacerte espiritualmente débil han encontrado un método seguro, 
cien por ciento garantizado, y consiste en enseñarte a no amarte a ti mismo. 
Si un hombre no puede amarse a sí mismo no puede amar a nadie más. 

La enseñanza que ellos promueven es muy engañosa. 
Ellos dicen "Ama a los demás", 
porque saben que si no puedes amarte a ti mismo no puedes amar a todos.
 Pero siguen diciendo: "Ama a los demás, a la humanidad, a Dios, a la naturaleza, 
a tu esposa, tu marido, tus hijos, tus padres, pero no te ames a ti mismo" 
- porque según ellos amarse a uno mismo es egoísta.
Condenan el amor propio como a nada más - y han hecho que sus enseñanzas 
parezcan muy lógicas. Dicen: "Si te amas a ti mismo te convertirás en un egoísta,
 si te amas a ti mismo te convertirás en un narcisista". No es cierto. 
Un hombre que se ama a sí mismo no encuentra ego en él. 
Es por tratar de amar a los demás sin amarte a ti mismo que surge el ego.

Los misioneros, los reformadores sociales, los servidores públicos, 
tienen los mayores egos del mundo - de forma natural, porque se piensan a sí mismos
 como seres humanos superiores. No son personas ordinarias:
 solo la gente común se ama a sí misma; en cambio ellos aman a otros, 
persiguen grandes ideales, aman a Dios. 
Todo su amor es falso, porque todo su amor no tiene raíces.
Un hombre que se ama a sí mismo da el primer paso 
hacia el amor verdadero.

Osho, The Dhammapada: The Way of the Buddha, Vol. 5, charla #5