lunes, 21 de mayo de 2012

"Criticar"



“Amar es estar contento de que el otro exista, de que esté ahí.
Sin juzgarlo, sin criticarlo, sin desear cambiarlo. Si criticas, no amas”.
Alejandro Jodorowsky

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“Allí donde predomina la queja y la crítica todo intento de cambio resulta estéril. Envueltas en sus quejas y críticas las personas se posicionan mirando el problema y estancándose en él. Al incrementar la protesta inicial, se alejan cada vez más del camino de la solución. Ver la paja en el ojo ajeno es fácil y además nos disculpa y nos ahorra el trabajo de caminar hacia la resolución de nuestras dificultades. Por ejemplo, reprochar a nuestro padre que estuvo ausente no tiene ninguna utilidad, más bien reafirma y remarca lo que falta, además de llevar inevitablemente a la frustración. Bien mirados la queja, la crítica y el rechazo no son más que justificaciones y coartadas que seguimos contándonos para continuar lamentándonos indefensos y resentidos ante unos hechos que ya no podemos cambiar. Aceptar el pasado tal como fue nos ayuda a afrontarlo con valentía, reconciliarnos con él y avanzar logrando cambios en el presente. En definitiva hacer buenas migas con el pasado nos nutre y fortalece para vivir el presente y abonarlo con alegría y aceptación.”

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¡No Te Quejes!

Una noticia que incide en las desventajas de la queja:
Un reverendo de Kansas crea una organización contra el lamento, esta es la frase que  resume la filosofía del reverendo: ”Si algo no te parece bien, cámbialo. Si no puedes cambiarlo, cambia tu actitud. Pero no te quejes.”
¿Cómo se puede combatir algo tan universal como la queja?
Por eso ha fundado una asociación que tiene como objetivo liberar al mundo del derecho a la pataleta. Para conseguirlo el predicador propone una terapia de desenganche, un plan estricto de desintoxicación de lamentos que consiste en aguantar 21 días sin protestar ni una sola vez.
21 días de gestación…es lo que tarda un pollito en nacer
El premio por conseguirlo es una pulsera de plástico de color morado que, por supuesto, hay que pagar. Aunque en la web aseguran enviar algunas gratis. El pack de cinco sale por unos tres euros y, según la organización, ya se han enviado más de cinco millones de unidades a más de 80 países.
La mayoría de las peticiones, dicen, vienen de personas individuales, aunque ha conseguido ya colocar su programa contra las quejas, compuesto por un libro de Bowen y varias pulseras (todo por 12,50 euros), en unas 500 escuelas norteamericanas, además de iglesias y empresas.
Un premio en forma de pulsera no parece algo demasiado atrayente. ¿Qué otros beneficios se pueden obtener?
Los profesores aseguraron a los medios locales que el método favorece que los niños desarrollen habilidades comunicativas y aprendan a pedir lo que quieren de una forma positiva, aunque reconocieron que ningún docente completó los 21 días sin expresar “dolor, pena o descontento”.
¿Y cuando no se consiguen completar los 21 días ?
Cuando pasa eso, es decir, cuando se cae en la tentación de protestar por algo, aunque sea insignificante, hay que “cambiarse la pulsera de mano”, cuenta la web, y volver a empezar el ciclo para obtener finalmente un “certificado de felicidad”.
¿Qué hay de malo en quejarse? Además, no creo en un certificado de felicidad…
Bowen mantiene que “nuestros pensamientos crean nuestra vida” y que “cuando eliminas la queja, tienes relaciones más satisfactorias, mejor salud y más prosperidad”.

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¿Hay ciertos paralelismos con lo que dice Alejandro Jodorowsky en su libro Cabaret Místico?
Entre otras cosas dice que lo que criticamos del exterior es aquello que no nos gusta de nosotros mismos, que el mundo es un espejo que nos refleja…
Cuando decimos que no somos felices, en lugar de mejorar la relación con nosotros mismos, buscamos mejorar las circunstancias exteriores. Interpretamos la realidad para no cambiar nada, para encontrar excusas que nos justifiquen en nuestro inmovilismo.
Nos comportamos como parásitos, siempre pidiendo y nunca dando. Juzgamos el mundo proyectando en él lo que somos…
Hay que darse perfecta cuenta de que la mirada que se atribuye a los demás es nuestra propia mirada. El mundo nos ve y nos percibe en función de la manera en que nosotros nos sentimos a nosotros mismos.

Plano Creativo. 

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Nietzsche: “Cada Queja Ya Contiene En Sí Su Venganza”


¿Por qué Nietzsche se refiere a la queja en sí como una venganza, tanto para quien la emite como para los sufridos interlocutores?

Porque convivir con personas adictas a la queja es un martirio, ya que el desgaste mental y la negatividad de este tipo de caracteres acaba contagiando a todo su entorno.

¿Cuáles son los inconvenientes de esta adicción?

Citaré tres muy suaves:
1.- Nadie presta verdadera atención a los lamentos de otros.
2.- Si te dedicas a la protesta permanente acabarás siendo impopular y los demás acabarán por evitarte.
3.- Expresar una situación negativa no ayuda a enderezarla y paraliza la acción…ya que la queja constante resulta agotadora también para quien la practica.

¿Detrás de la negatividad también hay impotencia?

Así es. Como afirmaba Confuncio: “Los que se quejan de la forma como rebota la pelota son aquellos que no saben golpearla”
Allan Percy en  ”Nietzsche para estresados”
Plano Creativo.